El Baskonia dilapidó ayer gran parte de sus opciones de estar en los cuartos de la Euroliga tras caer estrepitosamente en casa ante el Khimki, una derrota que le obliga a ganar el resto de partidos para seguir adelante. Tanto de hablar de la batalla interior y de la falta de centímetros que, al final, el agujero, y además de considerables dimensiones, estuvo en el exterior. Y es que, después de que Splitter y Barac forzaran, la derrota azulgrana se cimentó en su nefasto tiro exterior, -2/20 en triples- el gran partido de Raúl López y McCarthy, a los que no supieron parar, amén de la superioridad rusa en el rebote.

Fuera de la cancha el Khimki también fue mucho más consistente, ya que mientras Sergio Scariolo tuvo el partido bajo control durante más de 35 minutos, Dusko Ivanovic en ningún momento dio con la tecla, llegando a situaciones desesperadas como comenzar el último cuarto con Singletary, Huertas y Pau Ribas en cancha.

Pese a contar con toda la plantilla por vez primera en toda la temporada, la derrota siguió el guión de todos los fiascos en jornadas importantes, dejándose casi todas sus opciones en el primer cuarto y jugando a remolque la mayor parte del partido. Tras un inicio más o menos igualado, un par de decisiones cuestionables de los árbitros, la mala lectura de juego local, el físico de McCarthy y por qué no decirlo, algo de mala suerte en los balones divididos, abrieron una brecha que resultó infranqueable.

Dusko Ivanovic trató de dar la vuelta al 16-26 del final del primer cuarto desde la defensa y utilizó el as que se había guardado en la manga con la entrada de Tiago Splitter, al que había dado por descartado pocas horas antes el propio Dusko.

Las sensaciones defensivas mejoraron, pero el esfuerzo resultó baldío. Pese a que el trabajo realizado fue bastante mejor, la única recompensa que se pudo cobrar el Baskonia fue cargar de faltas a las dos torres interiores de Scariolo, ya que, cada intento de acercarse en el marcador de los locales fue contestado por el Khimki, en este caso con dos triples de Raúl López.

Querer y no poder

Pese a que Dusko Ivanovic lo trató todo, el equipo gasteiztarra, desde la raza de Tiago Splitter, llegó a acercarse en el marcador en un par de ocasiones, pero le faltó consistencia y serenidad para dar el paso.

Sin soluciones colectivas, los baskonistas se dedicaron a hacer la guerra por su cuenta y los fallos desde la línea de tres, hubo momentos en los que el porcentaje fue del 5%, el mejor ejemplo de la impotencia azulgrana, que cosechó un -11 al que el camino a París se le ha complicado en exceso.