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«Tomaremos nosotros mismos lo que Israel nos niega»

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Abdelhakeem ,MUFEED I Movimiento islámico en el interior de israel

El movimiento islámico es una de las principales fuerzas políticas de los palestinos dentro de Israel. Los hijos de aquellos que permanecieron dentro de las fronteras del Estado sionista tras la Nakba, en 1948, constituyen ahora el 20% de la población de un país cuyas leyes fundamentales lo describen como «Estado de los judíos». Tienen pasaporte pero no derechos. Su apuesta es resistir.

Alberto PRADILLA |

Abdelhakeem Mufeed es el editor jefe del periódico del movimiento islámico. Su oficina está situada en Umm el-Fahm, una localidad palestina al otro lado de la línea verde pero que apenas puede diferenciarse de otros municipios como Ramallah. En estos pueblos reside la fuerza de un movimiento que, a través de servicios sociales como escuelas u hospitales, llega allí donde el estado sionista trata de ahogar a los palestinos.

La comunidad internacional suele centrar la cuestión palestina en torno a Gaza y Cisjordania, pero existe una importante población palestina dentro del propio territorio de Israel. ¿Considera que este sector ha sido olvidado?

Somos parte del pueblo palestino y de la nación árabe. No podemos hablar sólo sobre Gaza y Cisjordania. A pesar de lo que digan ciertos acuerdos de paz, estos territorios siguen ocupados. La ocupación no sólo es militar, sino también una estrategia política. No hay que olvidar que esta situación comenzó durante la Nakba, la catástrofe de 1948, cuando la mayoría de palestinos que residían dentro de la línea verde fue deportada y sus casas destruidas. Nos piden que olvidemos y que empecemos de cero, como si la Nakba no hubiese ocurrido. Pero los palestinos aquí, en los territorios del 48, seguimos siendo palestinos. Y el movimiento islámico considera que la Nakba es parte de nuestra historia pero también de nuestro futuro. Ése es el punto principal que ha influido nuestra vida. Yo soy palestino y vivo aquí, pero parte de mi familia está en Jenin y la otra en Jordania. Somos palestinos aquí, a pesar de que nos pidan que olvidemos nuestra identidad. Pero seguimos defendiendo el derecho al retorno de todos aquellos que fueron deportados. Éste es un derecho muy básico, el del regreso de los refugiados.

Pero la situación que padecen es especialmente sensible, teniendo en cuenta que Israel se define como Estado judío...

Estamos en una situación política especial. Residimos en Israel pero no se nos considera ciudadanos. Sólo somos nativos. Cualquier iniciativa israelí parte de la Ley Fundamental de 1952, que es la que define a Israel como «Estado de los judíos». Nosotros no somos judíos, somos árabes, y aquí existe una gran discriminación, una persecución racial contra nosotros por no ser judíos. Éste no es nuestro Estado, pero sí es nuestro hogar. No porque nosotros no queramos formar parte de él, sino porque también Israel se resiste a aceptarnos como ciudadanos israelíes. Es cierto que nos otorga un pasaporte, pero hay una gran diferencia entre lo que somos de facto y los derechos que tenemos reconocidos. El pasaporte o la carta de identidad no te dan derechos, éstos te lo dan las leyes. Y en este caso, existe un racismo contra nosotros. Tenemos pasaporte pero no igualdad. Estamos aquí de facto como ciudadanos de Israel, pero el hogar es otra cosa. Es algo sobre la nacionalidad, sobre la historia, sobre la cultura. Los vascos saben sobre esto. También en el norte de Irlanda. Los palestinos somos una comunidad, desde aquí hasta los campos de refugiados en Líbano. Es cierto que cada uno está viviendo ahora en condiciones diferentes, pero no podemos olvidar que el origen de todo está en 1948. Y nosotros pertenecemos a esa historia palestina. No hay nada que pueda cambiar la relación entre los palestinos que viven aquí y aquellos que lo hacen en Cisjordania, Gaza o Líbano.

¿Qué significa ser palestino dentro de Israel? Habla de una falta de igualdad, pero ¿cómo aplica Israel su política de judeización dentro de su propio Estado?

Vivimos en una situación política muy concreta y es importante entender cuáles son nuestros topes. El palestino dentro de Israel intenta sobrevivir. Pese a todos sus esfuerzos de Israel, no ha conseguido arrancar nuestro sentimiento de pertenencia a Palestina. Pero, entendiendo esta situación, tenemos que sobrevivir. Y eso significa trabajar y, por ejemplo, llevar a nuestros hijos a universidades israelíes. Queremos vivir como personas normales. Frente a esto, existe una política israelí desde 1948 que trata de expulsarnos. Están confiscando nuestras tierras, demoliendo casas... El proceso no ha terminado. Muchas localidades palestinas dentro del Estado de Israel parecen campos de refugiados. El Estado insiste en no reconocer muchos de los pueblos del Negev. Es muy difícil vivir aquí, porque no se nos trata igual que a los judíos. Hay una política de persecución contra nosotros, porque la Policía y el Ejército nos hostigan constantemente. Es muy duro, pero es nuestro hogar. A veces nos preguntan por qué no nos vamos, ya que seríamos más libres si abandonásemos este territorio. Pero es que éste es nuestro hogar. Creo que si estoy en una cárcel israelí seré más libre que si dejo Palestina y me voy a otro país. Debemos mantener nuestro país, nuestra identidad. Es muy duro ver cómo te confiscan las tierras para entregárselas a alguien recién llegado de Rusia que asegura que ahora esa tierra es suya.

Ante esta situación, ¿cuál es el programa del movimiento islámico?

Lo primero que tenemos que hacer es permanecer aquí. Uno de los intentos que muchos palestinos han llevado a cabo ha sido el de participar en la Knesset [Parlamento israelí]. Dicen que si vamos al Parlamento lograremos nuestros derechos. Pero no hemos conseguido nada. Israel no nos reconoce como ciudadanos. Hay quien promueve una buena relación entre árabes e israelíes dentro de este Estado, una integración que se base en la igualdad y la justicia. Pero nosotros no tenemos ni paz ni igualdad ni derechos. Llevamos 60 años sin derechos. Ahora ha llegado el momento de darle la vuela. Los israelíes nos dicen que si vamos al Ejército nos darán todos nuestros derechos. Pero esto es una gran mentira. Porque puedes ver a los árabes drusos que van al Ejército y están en nuestras mismas condiciones. Pero, por otro lado, tienes a judíos ortodoxos que no van al Ejército y que no reconocen al Estado pero que reciben todo tipo de ventajas. No existe ningún Estado que comercie con los derechos. Los derechos tienen que ser reconocidos. Esto no es un mercado, debería de ser un Estado y proveer de derechos. El Estado israelí no nos acepta ni como árabes, ni como palestinos ni como musulmanes. Y, lo más importante. No nos acepta como israelíes. Israel no nos quiere aquí, y nosotros tenemos que defendernos.

Aboga por boicotear las instituciones sionistas. Entonces, ¿cuál cree que es el camino para los palestinos dentro de Israel?

Acudir a la Knesset es un error. Yo elijo otro camino: el de sobrevivir y permanecer aquí. Israel quiere ahogarnos. Nos encarcela, quiere acabar con nuestro desarrollo... y nuestra obligación es continuar. Israel quiere transferirnos. Pero ésta es nuestra casa y no nos vamos a marchar. Hay otros grupos que alegan que no hay muchos caminos para los palestinos y defienden que hay que ir al Parlamento para lograr nuestros derechos. Esto es una gran mentira. El único camino es seguir aquí y luchar. Llevamos 62 años acudiendo al Parlamento, llorando, y sin conseguir ningún tipo de igualdad. No podemos quedarnos como seres pasivos. Tenemos que luchar. Muchos líderes israelíes han discutido sobre la posibilidad de expulsarnos. Pero esta cuestión no tiene solución.

¿También incluye la lucha armada como en los territorios ocupados?

No, ésta no es una lucha militar. Para plantear soluciones a los problemas, éstos tienen que partir de la realidad. Nosotros planteamos otra vía, tomar por nosotros mismos todo lo que el Estado israelí no nos otorga. Recuperar nuestra autonomía, aunque no sea exactamente esto. Ningún programa político ha acertado a proponer una alternativa. Nuestro programa es resistir aquí y conservar nuestra identidad, tanto social, como cultural y religiosa. Tomar lo que no recibimos del Estado y proponer alternativas, iniciativas que partan desde la comunidad palestina, desde la sociedad civil, las ONGs y los partidos.

En la práctica, se trata de poner en marcha instituciones alternativas a través de la sociedad civil. Crear otro tipo de instituciones que promuevan escuelas, universidades, zonas industriales, todo aquello que el Estado nos niega. Podemos hacerlo. No debemos esperar a que ellos decidan concedernos los derechos que nos corresponden. No podemos esperar otros 60 años, tenemos que actuar. Porque los hechos demuestran que en seis décadas no hemos logrado la igualdad. Y lo hemos hecho todo. Hemos participado en las instituciones y no hemos conseguido nada. Lo que debemos hacer es, en el caso de que no haya una carretera, construirla por nosotros mismos. Ésta es la única alternativa que nos queda.

La división política entre Al Fatal y Hamas está condicionando la política en Gaza y Cisjordania. ¿Se repiten estas divisiones en los territorios del 48?

No, en absoluto. Aquí, todas las comunidades palestinas estamos en contacto y con una fantástica relación. Actuamos con una sola voz, como pueblo palestino contra la ocupación que padecemos.

«Egipto es responsable del bloqueo que padece Gaza»

Después de las restricciones al movimiento en Cisjordania, los palestinos que residen en Israel son, junto a los habitantes de Jerusalén Este, los únicos que tienen acceso a uno de los lugares santos para los musulmanes. Incluso uno de los líderes del movimiento islámico, Raed Salah, va a ser encarcelado tras los incidentes ocurridos en los últimos meses en la Explanada de las Mezquitas. ¿En qué situación se encuentra ahora Jerusalén?

Israel está presionando mucho en torno a Jerusalén, pero es nuestra capital histórica, la capital histórica del pueblo palestino y nosotros seguiremos aquí para defenderla de las agresiones.

¿Qué opinión tiene el movimiento islámico de países como Egipto que, pese a ser también musulmanes, han firmado acuerdos con Israel? El Gobierno de Hosni Mubarak está ahora construyendo un muro que aislará todavía más a la población de Gaza, haciendo oídos sordos a la demanda de la población árabe y musulmana de otros países...

Yo prefiero hablar de regímenes y no de gente. El régimen jordano, o el egipcio, cualquiera que esté firmando acuerdos con Israel, lo está haciendo contra el pueblo palestino. Egipto es responsable del bloqueo que padece Gaza. Estos regímenes están favoreciendo a Israel y a la estrategia que está llevando a cabo Estados Unidos. No es una cuestión de religión. Porque aquí hay musulmanes, pero también cristianos, que son una parte muy importante del movimiento nacional palestino. Lo que está haciendo el régimen egipcio es muy peligroso. En primer lugar, hacia su propio pueblo. Nosotros estamos en contra de los regímenes que cooperan abiertamente con Israel y Estados Unidos en contra de los intereses de su propio pueblo. ¿Por qué apoyamos a movimientos como el que encabeza actualmente Hugo Chávez en Venezuela? Porque está gobernando a favor de los intereses de su pueblo. A.P.
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