Es San Valentín, un santo que nunca existió. El día en que todas las gentes de bien haciendo caso a El Corte Inglés recuerdan estar enamoradas.

No existe el Día de los Desencantados y es curioso dado que cada tres minutos y medio se divorcia una pareja (para los menos avispados aclarar que no se trata siempre de la misma pareja). Parece que el amor viniera con fecha de caducidad y transcurrido un tiempo empiezan el enmohecimiento y la oxidación. Una vez enmohecidos y oxidados la lubricación resulta difícil de alcanzar y a uno le dan ganas de agarrar al niño alado, aquél llamado Cupido, y sodomizarle con arco y flechas incluidas. Me estoy haciendo viejo y cascarrabias... ya lo sé. Pero queridos míos, la situación impuesta en la que vivimos, o más bien, nos hacen vivir, no ayuda gran cosa. Si la economía es la base sobre la que se asienta todo el edificio social donde los humanos establecemos nuestras relaciones, y lo es, la cosa esta más turbia que cerveza de trigo. A los que ganan el pan con su sudor, a los que sudan por no poder ganar el pan, a los jubilados ya exprimidos y deshidratados después de tantos años de sudoración (y, por supuesto, trabajadoras, paradas y jubiladas) A todos ellos y a un servidor no nos cabe en el culo el bigote de una gamba de miedo al contemplar la ópera bufa en que se ha convertido la política española. Todo es parodia, todo bufonesco. Improvisación constante de una inexistente política económica de gobierno con el claro fin de salvarse ellos y a los que sirven a costa nosotros.

Ahora va ser el Rey de las Españas el que ayude a salir de la crisis económica. Pa mear y no echar gota, el Borbón de mediador entre trabajadores y empresarios y entre gobierno y oposición. «Para superar juntos las graves consecuencias de la crisis» dice el nieto de Alfonso XIII. Juntos pero no revueltos, para él 9 millones de euros al año y para muchos 420 euros al mes.

Va aplicar la sapiencia de su estirpe acumulada a través de generaciones en ayudar a solucionar la crisis económica que todos, él y su familia los primeros, padecemos. A su llamada han acudido Cándido Méndez e Ignacio González Toxo. Es la nueva versión de la toma del Palacio de Invierno. Los representantes de los obreros no toman el Palacio sino el té en Palacio ¡qué veremos gracias a la democracia! Y me han dicho que no escondieron la plata. En el 36 los abuelos sacaron al Borbón al exilio, hoy los nietos acuden a recabar su consejo.

Por aquí, el país que ocupamos y nos ocupan, más de los mismo. Los chicos de Pachi arrancado carteles que hablan de torturas y persiguiendo, deteniendo y multando a quienes se atreven a ponerlos. Los jueces del Estado aumentando las condenas al enemigo ya condenado gracias a retroactividades que son una burla al concepto de Justicia.

Los detenidos autolesionándose contra las ventanillas y las puertas de los patrol debido al vicio de las prácticas sadomasoquistas a las que les llevan sus mentes enfermas. ¿Verdad Adolfo y Rodolfo?

Así que, como dice una amiga, no tengo el coño pa ruidos y si se me aparece San Valentín, lo mato a hostias.