CRÓNICA I CARNAVALES
En Bilbo, el desfile de disfraces y carrozas sigue siendo comparsero
Frío, nieve y «xirinieve» ayudaron a vestir los desfiles de carnaval que se prodigaron ayer por Euskal Herria. Pero el de Bilbo venía calentito por el intento del Ayuntamiento de dejar al margen a las comparsas. Y, visto lo visto ayer, a fe que Azkuna no lo logró.
Joseba VIVANCO I
Ayer, lo raro era no ir disfrazado. Muchos vascos y vascas mudaron de «piel» para vivir por unas horas los Carnavales. Y tampoco hacía faltan grandes alardes y plumas; bastaba con una pincelada. El desfile carnavalero de las comparsas bilbainas estaba a punto de comenzar y un hombre de mediana edad aguardaba en un semáforo con solo una nariz de payaso como disfraz; otro, delante de una iglesia, y ya septuagenario, hacía lo propio con una nariz y gafas de pega. Desde Donostia a Tolosa, pasando por Iruñea o Gasteiz, o cualquier pequeño o gran pueblo, era el día de los disfraces. Pero en la capital bilbaina llegaban con una particularidad: dos carnavales, el oficial y el alternativo, o mejor, el del Ayuntamiento y el de toda la vida, el de Bilboko Konparsak.
Tras los tiras y aflojas de los últimos días, ayer ambos me- dían sus fuerzas en calles paralelas. Y volvió a imponerse una vez más la iniciativa popular frente al talonario. El desfile de siempre arrancó pasadas las 17.30, desde la plaza Zabalburu, con retraso, con frío y xirinieve, y con una carroza «calentita»: con las imágenes del alcalde Iñaki Azkuna y su concejala ardiendo en el infierno, o quién sabe si negociando con el diablo. A partir de ahí, pista libre para las distintas comparsas.
Abrió la marcha Lehoiak y sus críticas a las políticas de desempleo y al paro, incluida la «especulación» vestida de muerte. A pocos metros, una muy lograda procesión de Mamiki, dando vida a la Cofradía del Mismísimo Coño, del cual portaban una imagen bajo palio. Tintingorri se decantaba, por su parte, por su particular ``Tintinfest'', donde dejaban claro que la solución para moverse no pasa por los coches eléctricos, sino por la cerveza, de la que abundó mucho a largo del desfile.
La cuarta en aparecer por el horizonte de la plaza Zabalburu fue una de las comparsas «crucificadas» por Azkuna, la de Txori Barrote, que portó el lema ``Wanted for Elkartasun Adierazteagatik''. Su carroza, un castillo emulando al Ayuntamiento, defendido por guardas de negro y atacado por hordas de robin hoodes al grito de «errepresioa, ez da bidea».
Los de Sin Kuartel invitaban a alistarse en las «Fuerzas Mamadas», al ritmo del ``Waterloo'' del grupo ABBA, con tres tanques made in Euskadi y un perro-cabra de la Legión. Tras ellos, el mago Txan jugaba con misterioras luces en sus manos y daba paso a Algara, de payasos, a Kaixo!, todos de Super Mario, los de Berrogei ta piku y su atrezzo guerrero, o los Moskotarrak, de «comecocos».
Por sevillanas iban los de Pa...Ya, con caseta incluida, en su particular ``Feria de Bilbado- koak''. Más apretaditos y sin cansarse fueron los de Irrintzi, subidos en tren chu-chú. Tras los dantzaris, los de Pinpilinpauxa montaron una auténtica fiesta pink, todos de rosa, demostrando que a ellas siempre los trajes les quedan mejor.
Más rudos venían los de Uribarri y su «klan» vikingo, donde había mucho cuerno. Y de piratas, con un currado galeón, danzaban los jóvenes de Komantxe. Salsa y maracas marcaban el ritmo de Satorrak, mientras que Hau Pittu Hau, vestidos de lápices, tijeras y cola, simbolizaban la actual política educativa del Gobierno López, donde el lápiz dibuja el mapa de Euskal Herria, la tijera del PSE-PP lo corta en tres, y la cola lo pega.
Askapeña optó por recordar a los mapuches y denunciar a las multinacionales, como el BBVA. Los de Kobetamendi escenificaron todo un clásico como ``Alicia en el País de las Maravillas''. Arrainak iban de ¿peces? y los miembros del centro intercultural boliviano Raza pusieron la nota bailona.
Pero para coreografía currada la que se marcaron los de Atxeberri, en un homenaje a Michael Jackson y bailando todos al ritmo de su mítica ``Thriller'', cementerio incluido. Como espectacular fue la puesta en escena de Txomin Barullo. A los sones del himno USA, marchaba un grupo de militares, con Obama abriendo paso y un grupo de prisioneros de Guantánamo sujetando la bandera de las barras y estrellas. «Ya sabes, siempe los mismo, la política», decía uno de ellos.
De chinos iban los de Abante, con dragón y todo, recordando el comienzo del Año Chino. Y tras ellos, una de las atracciones del desfile comparsero. La música de Gatillazo a pleno rendimiento, disfrazados de payasos y dando caña con su «Soy el puto amo, el número uno, oh, oh», al que se iban uniendo jóvenes como si flautistas de Hamelin los arrastraran.
Una fuerza que transmitían a la siguiente comparsa, otra de las «tachadas» por Azkuna; Kaskagorri, en plan `superkaxka'. «Jai herrikoien alde», reclamaba su lema, mientras no dejaba de sonar su grito de guerra: «Kaxka forever». Y ya si sonaba la músuica de Superman... a volar.
Bizizale se decantó por denunciar la actitud de los políticos en la cumbre del clima en Copenhage, con jaula incluida para los de Greenpeace. El barco pirata de Zaratas, el gallinero muy logrado de Txinbotarrak, el Bio Esne de Eguzki y la tropa de Marijaias de Altxa Porrue, con un cabezudo con cara de Azkuna, pusieron el colofón a un desfile que contaba con sorpresa final: el dúo Porrotx eta Marimotots cerrando o, quién sabe, si abriendo el espectáculo. Empezó a sonar con fuerza su «Maite zaitut», que arremolinó a mayores y pequeños que fueron siguiendo la cola del desfile.
Por la Gran Vía pararela, una hora más tarde había comenzado el desfile oficial del Ayuntamiento y comerciantes. Curiosamente, al coincidir ambos en la Plaza Circular, camino las dos del Arenal, la oficial tuvo que frenarse, sin poder evitar que la gente se arremolinara en torno al desfile comparsero. ¿Que qué tal estuvo el espectáculo montado por el Ayuntamiento? Como alguno dijo, «es algo parecido al desfile de la Ballena en Aste Nagusia, pero con La Otxoa».
La fiesta siguió luego en las márgenes de la Ría, con música y payasos, y proseguirá mañana con la consabida Quema de la Sardina, este año adelantaba por el Consistorio al domingo, por aquello de que les viene mejor a los hosteleros. Una quema que Bilboko Konpartsak llevará a cabo el martes.
El Dios Momo brindó
Pero los desfiles se vivieron ayer en todos los rincones de Euskal Herria, donde seguro que predominaron los disfraces abrigados, porque no estaba como vestirse de bailarina hawaiana. Las temperaturas rozando el cero durante casi todo el día, con continuos copillos de agua lehada, no impidieron en cualquier caso las celebraciones, aunque como en Gasteiz, el Ayuntamiento tuvo que limpiar a conciencia las calles por las que discurrió el recorrido carnavalero.
En Donostia, el desfile espectacular fue vespertino, pero ya por la mañana el Dios Momo había hecho su particular brindis en la casa consistorial y los disfraces, incluidos los zanpantzar, coparon las principales calles de la ciudad.
Otro tanto hubo con los desfiles en Iruñea, que los hubo y varios, como el de Alde Zaharra y el Donibane. Pero la fiesta sigue hoy y tiene citas interesantes y curiosas, como la de la localidad de Markina-Xemein y su descabezamiento del ganso a lomos de un caballo, algo que los interesados pueden seguir a partir de las 17.00. Eso, mucha fiesta y que no falten las tostadas, sobre todo las que hacen las madres.