Derrota en Cartagena
Una pena máxima se suma a la colección de errores
El conjunto irundarra utilizó de nuevo una defensa de cinco hombres con la intención de cerrar espacios al conjunto murciano. El gol se produjo tras un penalti de Alcalá a Toché mediada la segunda parte.
Imanol CARRILLO I
El Real Unión ya puede presumir, por desgracia, de obtener otro ejemplar para su colección particular de errores. Y es que, tras un duro, serio, peleado y, sobre todo, trabajado encuentro, los irundarras encajaron el único tanto del partido de penalti. Y lo que es más grave, la situación clasificatoria se complica aún más con la victoria del Girona, que se coloca en puestos de salvación a cinco puntos de los guipuzcoanos.
La magia del carnaval hizo que el técnico unionista, Iñaki Alonso, cambiase la imagen de su equipo una vez más fuera de casa. Sabedor de las bajas importantes que tenía para enfrentarse al Cartagena, el de Durango se vio obligado a realizar numerosos cambios en el once inicial, e incluso volvió a utilizar una defensa de cinco hombres.
El no tan nuevo experimento funcionó durante prácticamente todo el encuentro. Los cartageneros no lograban llegar con facilidad a la portería defendida por Otermin. Es por ello que el conjunto de Juan Ignacio Martínez abrió el campo para intentar penetrar por ambas bandas, pero los visitantes se mostraron acertados en defensa.
En el minuto 24, sin embargo, se produjo una acción que pudo cambiar totalmente el devenir del encuentro. El colegiado no mostró la segunda tarjeta amarilla a Longás tras una dura entrada a Abasolo.
El último cuarto de hora de la primera parte fue para un Unión que se vino arriba, aunque no dispuso de ocasiones claras bara batir la meta de Rubén.
El que avisa no es traidor
El Cartagena sabía que tenía que mostrar algo más de su arsenal para poder lograr la victoria en su campo, por lo que estiró las líneas, intensificando su dominio. Quintero, que había salido pocos minutos antes del descanso en sustitución del lesionado Víctor, revolucionó el encuentro y pidió un posible penalti.
Desde luego, un primer aviso para los unionistas, que se convirtió en realidad en el minuto 68, cuando Alcalá derribó a Toché dentro del área al adelantarse el delantero al defensa visitante. De Lucas engañó a Otermin y le batió lanzando a su derecha para establecer el 1-0 que sería definitivo.
Iñaki Alonso cambió de sistema e introdujo a Goran Maric, que a punto estuvo de empatar el choque con una falta lanzada con su pierna izquierda que se fue al palo.
Los minutos pasaron demasiado rápido para los irundarras, que no tuvieron su recompensa al duro y sacrificado trabajo realizado.
El próximo domingo el Real Unión recibe al Rayo y, como en los malos momentos siempre hay más inconvenientes, los guipuzcoanos tendrán las ausencias de Alcalá, Gurrutxaga y Beobide, que ayer vieron la quinta tarjeta amarilla.
Consciente del nivel del Cartagena, el técnico Iñaki Alonso reconoció que «estoy contento del partido que hemos hecho. Hemos estado a la altura, cada uno con sus armas». El cambio de sistema también estuvo presente en su discurso. Para Alonso, la defensa de cinco hombres utilizada por el Unión tenía un claro objetivo: «Sabíamos que si le cerrábamos espacios, íbamos a tener opciones». El resultado fue el siguiente: «Al Cartagena le he visto con mucha desesperación por momentos». En cuanto a la pena máxima, reconoció la falta, ya que «he hablado con el jugador y me ha dicho que era penalti». I. C.