Derrota en El Madrigal
Una noche de castigo
El Athletic cayó derrotado en El Madrigal, prolongando su mala racha como visitante. Los rojibancos, que desperdiciaron un penalti a dos minutos del final, redondearon su mala noche con las expulsiones de Javi Martínez, Pablo Orbaiz y Joaquín Caparrós.
Amaia U. LASAGABASTER I
Algo ha pasado con el cambio de año. Hace mes y medio que el Athletic se comió las doce uvas y todavía no ha podido celebrar una sola victoria lejos de San Mamés. Una racha llamativa -por comparación con la anterior-, y dolorosa, por las ilusiones con las que habían recibido al 2010 los rojiblancos.
Todo lo que al equipo le funcionaba antes del parón invernal, ahora le da ahora la espalda. Si entonces se hacía leña de los equipos en apuros, ahora se les da vida; si se tiraba de efectividad para resolver partidos cerrados, ahora se fallan penaltis en los últimos minutos; si se contaba con reflejos, piernas y hasta palos para evitar goles, ahora no faltan los rebotes y mucho menos los despistes... Resultado, cuatro derrotas y un empate en los cinco encuentros que ha disputado el Athletic como visitante desde que arrancó el año.
Tropiezos que, además, han llegado en más de un caso con castigo añadido: sirvieron para que rivales directos como Mallorca o Deportivo ampliaran su ventaja o, en el caso de ayer, para que el Villarreal, que podía haber quedado prácticamente eliminado de la pelea europea, alimente aún esperanzas de acabar en la parte alta. También, con más razón, las sigue teniendo el Athletic, pero los puntos que se ha dejado por el camino en las últimas semanas han reducido considerablemente sus posibilidades. La semana puede comenzar con el sexto puesto ya a cinco puntos.
No es una cuestión exclusiva de resultados. A nivel de imagen, estos primeros compases del año tampoco están ofreciendo demasiado. Con la excepción del encuentro frente al Real Madrid y la desaprovechada primera parte de Riazor, el juego del Athletic ha dejado bastante que desear. También lo hizo en El Madrigal, aunque tuvo sus momentos. Porque hubo fases en las que el equipo funcionó como para pensar en la remontada, pero también hubo unas cuantas en las que se limitó observar cómo tocaba el balón un rival que, por momentos, encontró muchas facilidades.
Nada más empezar, por ejemplo, cuando una pared con Fuster permitió a Capdevila anotar el primero. Una auténtica pena, teniendo en cuenta que poco después llegaron algunos de los mejores minutos del Athletic, premiados con el golazo de Gabilondo que, por ese despiste inicial, sólo sirvió para reequilibrar el marcador.
Cuando parecía que la recompensa podía ser mayor, los atacantes locales y la defensa bilbaina volvieron a ponerse de acuerdo. Tocaron con acierto los primeros y miraron al guindo los segundos para que Nilmar recibiera un buen pase y batiera a Iraizoz de disparo cruzado. La primera parte acababa, lamentablemente, como había empezado, con el partido de cara para el Villarreal.
El Athletic pareció regresar al campo enrabietado, pero se le fue la chispa con un par de córners infructuosos. Y el partido empezó a morir. Ni tocando, ni a balonazos, de los que abusó por momentos; al cuadro rojiblanco le costaba horrores crear peligro en el área de Diego López. Y, para empeorar el panorama, le costaba casi lo mismo acabar con los ronditos del Villarreal que, por fortuna, tampoco estaba con los dientes especialmente afilados.
Ocasión desperdiciada
Con el minuto noventa cada vez más cerca y el partido cuesta arriba, Joaquín Caparrós volvió a soltar a toda su artillería sobre el césped, con la esperanza de repetir la emocionante remontada de la semana pasada. Y lo cierto es que no faltó demasiado para, al menos, rescatar un punto, porque a dos minutos del final, Iker Muniain forzaba un penalti. Pero las cosas, definitivamente, no son lo que eran y Diego López detuvo el lanzamiento de Andoni Iraola.
Y lástima que el partido no acabara en ese mismo momento, porque ya sólo dio tiempo para que empeorara la noche. Y, de rebote, también el próximo encuentro, en el que Joaquín Caparrós no podrá contar con sus pivotes habituales, después de que en los últimos minutos vieran la cartulina roja Javi Martínez, Pablo Orbaiz y el propio técnico rojiblanco.