Han transcurrido veinte días desde que el Tren de Alta Velocidad dejó a la comarca de Aramaio prácticamente «incomunicada»; así es como se sienten sus vecinos. La A-2620, carretera que une Arrasate con Aramaio, permanece cortada desde el pasado 30 de enero.

Aunque en un principio este incidente se relacionó con las fuertes lluvias registradas durante ese fin de semana, lo cierto es que fueron las obras del TAV las que provocaron ese gran desprendimiento de tierra. Desde entonces, el caserío Kuatrobientos se encuentra aislado, sólo se puede acceder andando.

Aramaio cuenta con 1.500 habitantes y la gran mayoría trabaja o estudia en Arrasate. A causa del corte de carretera se ven obligados a desplazarse por parcelarias entre los barrios de Suña, Untzilla, Zabola y Azkoaga. «Son caminos inviables», relató a GARA Jon Andoni Aspe, vecino de Aramaio. Según censuró Aspe, estas parcelarias son estrechas, cuentan con curvas peligrosas y además hay zonas con barrancos que no están valladas adecuadamente.

Como muestra de la malas condiciones de estos caminos montañosos Aspe señaló que varios vehículos «han sufrido accidentes de chapa». Debido a estas condiciones, las dos compañías de autobuses que efectúan servicios en esta zona han tenido que sustituir los autobuses por los microbuses.

A modo de protesta, los vecinos de la comarca alavesa realizaron un corte de carretera en el barrio de Azkoaga hace dos domingos en el que participaron 135 personas. Anteayer fueron 320 los vecinos que se volvieron a movilizar para exigir la apertura de la carretera que une Araba con Gipuzkoa «cuanto antes». Además, anunciaron que continuarán con las protestas.

Carteles preparados

Hace meses que se está construyendo un viaducto para el TAV, y precisamente uno de los pilares pretendía apoyarse entre la carretera y la empinada ladera del caserío Kuatrobientos. Aunque los vecinos y el Ayuntamiento ya habían alertado del deterioro de esta zona, Adif siguió adelante con las obras. Un mes más tarde, bastaron unos pocos días de lluvia para cumplirse uno de los peores presagios de los vecinos. Abundantes cantidades de tierra y roca se desgajaron del monte el 30 de enero bloqueando la carretera.

Tal y como denunció Jon Andoni Aspe, «antes de Navidad estaban colocadas -aunque tapadas- las señales indicadoras» para cuando llegase este momento. Sin embargo, no se tomó «ninguna medida», aseguró Aspe. Al parecer, el corte de carretera podría durar un año.

Varias asociaciones han enviado a la Diputación, al Gobierno de Lakua y a los responsables de Adif un comunicado en el que exigen que se solucione este problema «cuanto antes». Para quienes sufren los inconvenientes la única solución es la apertura de la A-2620.

Además de trabajadores y estudiantes, varios negocios de Aramaio también están sufriendo las consecuencias «de algo que se podía haber evitado». Por ejemplo, se han anulado algunas reservas en los restaurantes o sagardotegis de la zona.

Por último, Aspe denunció el boicot informativo que están padeciendo y se preguntó por qué no dan cuenta del corte en la información que el Centro de Gestión de Tráfico ofrece cada hora a través de la radio.