El trabajador eventual Jon Pérez García, de 24 años y natural de Ugao, falleció ayer en la planta de Tubacex de Laudio al golpearle una pieza de grandes dimensiones. Era afiliado de ELA, central que denunció que la precariedad trae estas consecuencias. Con éste, suman ya 11 trabajadores fallecidos en accidente de trabajo en lo que llevamos de año, en los últimos cinco días han sido tres los muertos.

Según informó LAB, el accidente se produjo mientra el joven trabajador hacía unas operaciones de mantenimiento en una de las máquina principales del proceso productivo. «Al parecer -según indica la central sindical- eran necesarios unos patrones, unos tubos para hacer las pruebas de calibrado, y cuando el operario ha ido a por uno de ellos, se le han caído encima, porque estaban mal almacenados». CCOO precisó que «se trató de una pieza tubular de cuatro metros de largo por 22 centímetros de diámetro que estaba apoyada en una bancada, que cedió».

ELA denunció que la existencia de la temporalidad es un grave problema para los trabajadores. «Las razones estructurales de la siniestralidad laboral se siguen sin abordar e inciden directamente en siniestros como el de nuestro afiliado. La patronal y la administración, aunque conocedores de la situación, miran hacia otro lado. Las empresas anteponen beneficios económicos y productividad a la vida de sus trabajadores».

LAB aseguró ante el accidente mortal que «por desgracia, la historia se repite, un trabajador joven y eventual y altos ritmos de trabajo abusivos, en este caso por parte de Tubacex, en los que prima más la producción que la salud y la vida de la clase trabajadora».

Por otro lado, la plantilla de Petronor paró en la jornada de ayer en señal de duelo por el trabajador J. R. P., de 50 años, que falleció el pasado sábado asfixiado, mientras procedía a la limpieza de un tanque con chorreo de arena. Pertenecía a la empresa Recubrimientos Anticorrosivos Mendieta. Fuentes del comité afirmaron a GARA que «todo el mundo ha parado» y anunciaron que realizarán una investigación.

Según Osalan, el trabajador «tras conectar la manguera de aire de la escafandra empleada para realizar las operaciones de chorreo a una tubería de nitrógeno y comprobar que llegaba gas a la misma, se introdujo en el depósito y al colocarse la escafandra queda sometido a un atmósfera irrespirable».