«Ojalá sean dos semanas las que cerremos el restaurante, aunque en realidad lo dudo: presiento que será para mucho más tiempo», afirmaba ayer Andoni Luis Aduriz, en declaraciones a Radio Euskadi, al ser preguntado por el estado de su restaurante Mugaritz, en Errenteria, tras el incendio que se produjo la madrugada del pasado domingo. Tal y como reconoció el chef, temen que los daños sean «cuantiosos» y requieran una obra «importante», sobre todo en la cocina, la zona más afectada. La imagen que mostraba el local desde el exterior era aparentemente menos aparatosa, ya que, según explicó, «ninguna pared ni ventana se ha roto ni caído, aunque, una vez dentro, se pueden apreciar los cuantiosos daños materiales». Ayer al mediodía estaba a la espera de las valoraciones de los peritos, aunque adelantaba que el estado de la cocina presagiaba que las obras se alargarán «probablemente» durante varios meses, hasta poder alcanzar el ritmo habitual del restaurante. «Pienso que vamos a tener que hacer bastante obra y seguramente durante unas cuantas semanas. Eso es lo más preocupante», se lamentaba este reputado chef, considerado el cuarto mejor cocinero del mundo y cuyo restaurante ostenta dos estrellas Michelín.

La otra preocupación de Aduriz era respecto a su clientela. «Tenemos que comunicar lo sucedido rapidísimamente a los clientes, que llaman además con muchos meses de antelación para hacer la reserva» y añadía que «muchos son compromisos importantes o bien grupos grandes», por lo que hay que darles «una solución inmediata». Al conocer este contratiempo, varios restauradores, según explicó el propio Aduriz, llamaron al chef para ofrecerle su ayuda. «No pensaba que la gente nos quisiera tanto. Estamos recibiendo llamadas de otros restauradores que nos ofrecen su local para poder seguir ofreciendo el servicio» .

Sin daños personales

Afortunadamente tampoco hubo que lamentar heridos. Algunos de los empleados, que dormían en el piso superior del caserío cuando se originó el fuego, se despertaron con la alarma anti-incendio, gracias a la cual pudieron desalojar el edificio a tiempo. También los vecinos del caserío contiguo al Mugaritz tuvieron que salir de su hogar ante la cercanía de la llamas, aunque al final todo quedó en un gran susto. El restaurador añadió que «no me hubiese perdonado el haber causado daños al caserío vecino», y se mostró aliviado al confirmar que no ocurrió nada.

Las alarmas saltaron alrededor de las 2.00 horas del domingo, y los efectivos de bomberos desplazados hasta el caserío lograron sofocar las llamas tres horas más tarde, alrededor de las 5.00 h. Según informó el departamento de Interior de Lakua, el incendio se originó en la cocina a causa de un cortocircuito en la zona del cableado.