Nicolas Sarkozy se convierte en el primer presidente francés en viajar a Haití
GARA |
La visita de Nicolas Sarkozy a Haití es la primera de un jefe de Estado francés a la isla caribeña, ex colonia francesa. Con este viaje quiere dar vuelta a la problemática relación entre ambos países, desde que Haití se independizó en 1804.
El mandatario calificó la tragedia del 12 de enero como la herida más dura que ha sufrido Haití en su historia. Dijo haberse sentido emocionado al sobrevolar la ciudad para constatar los daños. «Somos todos ciudadanos de Haití», manifestó.
Además de visitar un hospital en la colapsada capital, Puerto Príncipe, se reunió con líderes haitianos para ofrecer el apoyo financiero del Estado francés a un plan de recuperación y reconstrucción que, en su opinión, deberá crear las condiciones para lograr un «desarrollo sostenible que permita liberar progresivamente a los haitianos de la dependencia frente a la ayuda internacional, que asfixió la iniciativa y la actividad del pueblo», sostuvo. En una rueda de prensa conjunta con el presidente René Préval anunció que las arcas francesas aportarán 270 millones de euros en los próximos dos años y recordó que ya ha decidido condonar deuda a Haití por valor de 56 millones de euros.
Incidió en que sólo a los haitianos les corresponde «primero definir un verdadero proyecto nacional y luego conducirlo, porque se trata de su país y de su futuro. Vine a decirle al pueblo haitiano y a sus dirigentes que Francia, que era la primera en el terreno tras la catástrofe, permanecerá sólidamente a su lado para ayudarles a ponerse de pie y a abrir una nueva página feliz de su historia».
«Francia estará a la altura de sus responsabilidades, de su historia compartida y de su amistad con Haití», concluyó.
En los primeros días de la tragedia, París expresó su malestar por la alta presencia de militares estadounidenses y por el protagonismo que adquirió Estados Unidos frente a la Unión Europea. Desde el Elíseo llegaron a decir que se trataba de ayudar a un país, no de ocuparlo. Washington negó las críticas, aunque subrayó que su presencia en Haití será a largo plazo.