PNV y PSOE incrementan por momentos el tono de su enfrentamiento dialéctico, obligando a la opinión pública a soportar día sí y día también sus trifulcas de cada vez más evidente pose pre-electoral. Ayer fue el PNV quien montó en cólera por el golpe de mano del PSOE en el Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) y en Metro Bilbao, dos de los principales pilares de la gestión del transporte en Bizkaia. El partido que dirige Patxi López no sólo desplazó al diputado general de Bizkaia, el jelkide José Luis Bilbao, de la presidencia de Metro Bilbao, sino que además votó en contra de los presupuestos anuales de CTB, alegando que el endeudamiento que éstos prevén está fuera de la legalidad. Así las cosas, algunos de los principales proyectos del transporte en este territorio podrían quedar en el alero. Pero, a buen seguro, la sangre no llegará al río porque, al menos en Bizkaia, el control jelkide de la Diputación condena a ambos al entendimiento. Por eso, esta pelotera, una más, servirá si acaso para que cada uno de los contendientes trate de marcar su territorio ante una opinión pública, por otro lado, cada vez menos permeable a estos sainetes de política canija. Y también más perpleja ante el egoísmo partidista de unos gobernantes completamente ajenos a las necesidades de una sociedad huérfana de soluciones y cada día más ávida de una alternativa real al ineficaz statu quo actual.