Cárcel para un cura navarro por atentar contra la libertad sexual de menores
Juan José Ayensa, ex párroco de Barasoain, se confesó culpable de un delito de exhibicionismo y provocación sexual a cinco niños de once años durante la catequesis. Tras llegar a un pacto, ha sido sentenciado a 16 meses de cárcel y no podrá acercarse a sus víctimas en seis años.Aritz INTXUSTA |
Por primera vez en la historia reciente de Nafarroa, un sacerdote ha sido condenado por un delito contra la libertad sexual de los niños. El ex párroco de Barasoain ha sido condenado a ocho meses de cárcel por un delito de exhibicionismo y a otros ocho, por exhibicionismo y provocación sexual. El Arzobispado de Nafarroa salió del aprieto con la libre absolución.
El proceso judicial contra Ayensa no ha podido ser más discreto. La Archidiócesis encargó su propia defensa y la del sacerdote a uno de los abogados más prestigiosos del herrialde, Ángel Ruiz de Erenchun, antiguo presidente del Colegio de Abogados. Ruiz de Erenchun fue senador por Nafarroa y su rostro volvió a hacerse popular hace unos meses como asesor de su hijo Eduardo, que defendió a José Diego Yllanes en el asesinato de Nagore Laffage.
Ruiz de Erenchun evitó que Ayensa llegara a sentarse en el banquillo citando a la acusación particular días antes de la vista oral en busca de un pacto. En esa cita, las familias -que siempre mantuvieron una actitud escéptica sobre las posibilidades de que Ayensa acabara en prisión dada su avanzada edad- aceptaron reducir su petición de condena de nueve años a tan sólo 16 meses. A cambio, consiguieron evitar que los menores (que en el momento del delito tenían 11 años) prestaran declaración en una vista oral, ampliar las medidas de alejamiento e inhabilitar a Ayensa para el ejercicio del sacerdocio especialmente actividades relacionadas «indirecta o directamente con menores». El otro gran argumento que esgrimió la defensa en la reunión fue el económico. Ruiz de Erenchun se avino a satisfacer la petición de indemnizaciones de la acusación particular, de 10.000 euros para cada niño, cuando la Fiscalía solicitaba una cantidad cinco veces menor.
La sentencia hecha pública ayer recoge como probado que, «en un día indeterminado» y durante la catequesis, Ayensa «con intención de satisfacer sus deseos sexuales» mostró sus genitales a los menores. En otra fecha, también por determinar y con el mismo ánimo morboso, «accedió desde su ordenador a la web putas.com y estuvo visualizando con ellos varias fotografías de contenido pornográfico». Estos hechos, asumidos por el sacerdote, se extrajeron a través de los testimonios de los propios menores. Posteriormente, la Guardia Civil se incautó de material pornográfico en la casa parroquial de Barasoain.
Milagro económico cascantino
El Arzobispado, que compartía como abogado a Ruiz de Erenchun, ha logrado que el proceso no llegue a salpicarle y, finalmente, se ha librado de no responder económicamente de las indemnizaciones. Ayensa figura en la sentencia como solvente y se hará cargo de las indemnizaciones y de las costas. No obstante, resulta extraño que con el sueldo de cura, y encima jubilado, Ayensa lograra depositar los 50.000 euros antes del juicio. Más aún, cuando al parecer no tiene casa propia y vive con su hermana.
Los esfuerzos por acallar el escándalo por parte de la Iglesia comenzaron al día siguiente de saltar la noticia, cuando representantes del obispado trataron de evitar el juicio en una reunión secreta en Barasoain. No lo consiguieron. Más tarde, las familias consensuaron no hacer declaraciones para proteger a los niños, aunque algún padre ha manifestado su incomodidad por la actitud de otros vecinos. En cuatro años de proceso judicial, el Ayuntamiento de la localidad no ha realizado ninguna declaración de apoyo.
Juan José Ayensa fue homenajeado el pasado año por sus cincuenta años como sacerdote. El pasado año también celebró una misa en Cascante, pueblo donde reside actualmente junto al arzobispo, Francisco González.