Fichado esta temporada, el centrocampista castellonense no convenció a Mendilibar y, de momento, tampoco a Onésimo. Ha jugado poco y la crítica situación en la que se encuentra el Valladolid, penúltimo en la tabla, no parece invitar a que se incluya a un «jugón» entre su once.

Aunque prácticamente queda toda la segunda vuelta, su equipo está metido en una situación muy comprometida.

Es cierto que vamos penúltimos y que, si acabara ahora la competición, estaríamos en Segunda, pero todavía restan nada menos que 16 partidos por disputar. Además, sólo estamos a dos puntos de salir de los puestos de descenso y hay que asomar la cabeza como sea. Estamos obligados a encadenar una racha de dos victorias consecutivas, como mínimo, para mirar la clasificación con optimismo.

Y en lo personal tampoco le están yendo bien las cosas. Siete encuentros ligueros disputados, sólo dos de ellos como titular.

La verdad es que estoy jugando poco, el anterior entrenador tenía otras ideas y con el nuevo todavía es pronto para ver cuánto cuenta conmigo, pero a ver si con él cambia la dinámica y puedo darle cosas al equipo.

En su etapa como futbolista, Onésimo era un jugador al que le gustaba tocar el balón, ¿eso le beneficia para estar en el once?

En principio, podría pensarse que sí. Con Mendilibar no iba convocado y ahora, con Onésimo, estoy entrando por lo menos en la lista. Espero que el siguiente paso se traduzca en minutos y partidos.

¿Y no cree que ha acabado recalando en equipos cuya forma de jugar no se ajusta a sus características futbolísticas?

Lo he llegado a pensar alguna vez, pero la verdad es que cuando tomas una decisión es porque crees que es la más correcta. Es cierto que en Osasuna nunca llegué a ser titular indiscutible, pero siempre tenía mis minutos en los partidos, allí pasé tres años muy positivos. Ahora en Valladolid llevo un año y espero que se me den oportunidades para demostrar el por qué se me fichó.

Paradojas de este deporte, ahora es Osasuna quien se encuentra en una situación desahogada y con un nivel de fútbol y resultados inmejorable.

A Osasuna lo veo muy bien, muy serio, encajando muy pocos goles... Vamos a tener un partido muy complicado el domingo porque, de los últimos cinco, ha ganado cuatro, están en racha y la verdad es que va a ser francamente difícil sacar algo positivo de El Sadar.

El Valladolid llega obligado a sumar, ¿puede ser perjudicial?

En principio, Osasuna puede jugar mucho más tranquilo por su ubicación en la tabla; nosotros estaremos pensando en que estamos en descenso y la verdad es que no son las condiciones mejores para jugar a fútbol. Lo más importante para nosotros es el resultado, da igual que lo consigamos jugando mal, y Osasuna tiene la confianza del colchón de los puntos para hacer su partido.

¿Puede aspirar Osasuna a conquistar algo más importante que el objetivo de la permanencia en Primera?

Por lo que ha ocurrido en los últimos años, el objetivo de Osasuna ha de ser la permanencia, pero si estás en la mitad de la tabla y a un par de partidos de la UEFA, nunca hay que renunciar a ningún objetivo mayor. Si el domingo tienen la suerte de ganarnos, podrían estar muy cerca de los puestos europeos.

Va a ser la primera vez que visitará Iruñea con una camiseta diferente a la rojilla después de pasar tres temporadas en la plantilla de Osasuna. ¿Cómo espera que sea el recibimiento?

Me hace mucha ilusión porque es la primera vez que vuelvo al estadio que ha sido mi casa durante las tres anteriores temporadas. Espero que el recibimiento sea bueno porque siempre la afición rojilla ha estado conmigo y, desde el primer día, noté el cariño de la grada.

Recientemente Hugo Viana realizó unas declaraciones en las que acusaba a Ziganda de ser un mal entrenador y mala persona. Usted que compartió vestuario con ambos, ¿qué opinión le merecen las manifestaciones del jugador portugués?

Fue algo que se comentó en el vestuario del Valladolid, pero yo la verdad es que con Cuco no he tenido ningún problema, él siempre me dio explicaciones cuando no jugaba mucho. Los dos años siguientes participé más en el equipo y con Ziganda tengo buenos recuerdos porque era una persona que iba de cara conmigo y el trato siempre ha sido impecable.