Cultura se había «olvidado» de proteger Praileaitz VI y lo incluyó «in extremis»
Praileaitzen Lagunak ha realizado un llamamiento a plataformas ciudadanas y partidos políticos para que se movilicen contra la propuesta de modificación del decreto que regula la cueva de Praileaitz (Deba), por considerarla «esperpéntica». La inclusión in extremis de Praileaitz VI se produjo, dice la asociación, de una forma que demuestra falta de seriedad.A. EREÑAGA | DONOSTIA
«En la reunión que mantuvimos el pasado 18 de diciembre, en la que hablamos de todo, nosotros les preguntamos `¿por qué ponéis 65 metros (de protección) y no 73 metros, por ejemplo?'. Se miraban el uno al otro... y no sabían. Entonces les dijimos: `¿Y la galería esta, Praileaitz VI?'. Se miraron otra vez y preguntaron si era la que aparecía en las fotografías con las excavadoras». Quienes se miraban entre sí eran Antonio Rivera, viceconsejero de Cultura del Gobierno de Lakua, y José Luis Iparragirre, director de Patrimonio. Sus interlocutores, una representación de Praileaitzen Lagunak, una asociación que agrupa a más de 800 profesionales de la cultura de Euskal Herria, creada para proteger el «santuario» rupestre hallado en una cueva situada en la cantera de Sasiain, en Deba, y que explota Zeleta S.L.
El objeto de aquel encuentro era abordar las modificaciones que diversas asociaciones, los arqueólogos y partidos políticos -entre ellos, y de forma bastante acalorada, el propio PSOE cuando estaba en la oposición- plantean desde sus inicios para el Decreto 120/2007 que regula la protección de la cueva. La ampliación del área de protección a más de los 50 metros actuales -la Diputación de Gipuzkoa propone cien metros y 500 el prehistoriador francés Jean Clottes, en su estudio encargado por Cultura, cuando era del PNV- y la extensión de esa misma protección a la ladera de la colina donde está Praileaitz I son dos de las «peleas» que arrastra un enclave en serio peligro. El quid de la cuestión es el económico: lo que las instituciones tendrían que pagar para resarcir a la empresa que detenta la concesión.
«Cuando nombraron a la consejera de Cultura, pedimos reunirnos con ella el mismo día», explica un portavoz de la asociación conservacionista. Les recibieron siete meses más tarde y no obtuvieron respuesta satisfactoria alguna. Aquel borrador que les presentaron, y que no les gustó, tras su paso el 2 de febrero pasado por el Consejo Asesor de Patrimonio Arqueológico se ha concretado en una propuesta que Antonio Rivera presentó el pasado viernes a los portavoces de los grupos parlamentarios.
Quince metros más de protección para la cueva donde se llamaron las pinturas rupestres que, según Clottes, podrían ser magdalenienses, es decir, contemporáneas del chamán que hace unos 15.000 años utilizó la cavidad; la consignación de que la ladera depende de la Ley de Costas -con una redacción del texto algo ambigua, cuando la ladera es un extremo fundamental, según los expertos- y la inclusión de una orden para la conservación de la cercana Praileaitz VI, «en tanto no se determine si hay conexión física de dicha cavidad con la de Praileaitz y la sala de pinturas», son los elementos más destacados del texto.
«Ridículo y esperpéntico»
En Praileaitzen Lagunak no ocultan su enfado. Molestos por la falta de seriedad de Lakua -«llevamos casi cuatro años con esto y, después de ese tiempo, ves el detalle de la galería, que ni siquiera lo tienen en cuenta y, luego, lo meten porque se les ha olvidado»-, pero, sobre todo, evidentemente, por la falta de voluntad política. «Su propuesta es ridícula. Nos parece un insulto a la inteligencia y que demuestra además su desprecio por el patrimonio cultural. No han tenido en cuenta la opinión de ninguno de los arqueólogos con los que se han reunido, ni la de su recien creado Consejo de Arqueología. Ahora José Luis Iparragirre, Antonio Rivera y Blanca Urgell van de la mano con los que sólo ven la riqueza en el dinero y nos demuestran que todas las escenificaciones que han hecho en las comisiones de Cultura y el pleno de Parlamento sobre Praileaitz son pura mentira».
Por ese motivo, no dudan en realizar un «llamamiento a los agentes sociales, a las plataformas ciudadanas, a los grupos políticos y sociales para que dejen claro al actual Gobierno Vasco que debe enmendar su propuesta de modificación para que no sea el esperpento que pretenden». Además de apelar a asociaciones implicadas en la zona del Deba y a la Sociedad de Ciencias Aranzadi -«sabemos que han tenido una reunión con los arqueólogos, pero parece que también aquí hay problemas», explican-, anuncian que en próximos días iniciarán una serie de contactos con partidos políticos y con la Diputación de Gipuzkoa, a cuya diputada de Cultura, María Jesús Aranburu, le alaban su actitud abierta y dialogante hacia ellos y conservacionista respecto a la cueva, algo que no sucedía con los anteriores responsables de la entidad foral.
«Esta cueva es por sí misma un testimonio precioso, original e importante de la vida y de las creencias de los pueblos paleolíticos, y debe ser protegida y estudiada como merece, lo que implica continuar las excavaciones», consignaba Jean Clottes en su informe.