La Diputación guipuzcoana pretende elevar a las Juntas Generales una propuesta de norma acerca del nuevo modelo de tarificación de las carreteras, en el que contempla la implantación progresiva de peajes en toda la red de autovías del herrialde. El borrador con el que trabaja el Departamento de Infraestructuras, fruto de las conclusiones extraídas en la ponencia creada en la Cámara foral, prevé cobrar por circular por la N-I, la AP-15, la autovía del Urumea y la Beasain-Durango.

El cronograma previsto por la Diputación es que el jueves 25 de febrero los grupos políticos con representación en las Juntas presenten sus enmiendas a este documento y que el 4 de marzo se vote en comisión el documento definitivo, que deberá ser consensuado por el Gobierno foral con otros partidos. A partir de ahí, la Diputación redactará la norma foral que dará cuerpo legal a la pretensión del equipo de Markel Olano.

Mientras se van acercando las fechas, el PP anunció ayer que presentará en los ayuntamientos guipuzcoanos que tenga representación una moción contraria a la implantación de nuevos peajes. El juntero Iñigo Manrique denunció que la política foral «siempre pasa por un mismo eje, vaciarnos los bolsillos para tapar los agujeros que han producido casi treinta años de gestión nacionalista».

Eguzki, esta semana, denunció que la implantación de peajes en el puerto de Etxegarate de la N-I responde al «afán y avaricia recaudatoria» de la Diputación guipuzcoana, ya que la medida «no reducirá el problema del tráfico» en las principales carreteras del herrialde.

El organismo consideró que «el negocio» del Gobierno foral consiste en «construir enormes infraestructuras de hormigón y asfalto con dinero público beneficiando a las grandes empresas constructoras», para que después «los ciudadanos vuelvan a pagar vía peaje».