La transición de un cineasta inglés especializado en dramas de época con sólida base literaria a las películas de Hollywood de temática contemporánea basadas en articulos periodísticos n0 suele ser nada fácil, por eso Joe Wright se ha tomado «El solista» como un primer paso para su definitivo asentimiento en una industria dentro de la cual está llamado a hacer cosas importantes.

«El solista» es una de esas producciones que suelen estar por entero al servicio de sus estrellas, donde el director que recibe el encargo no puede hacer nada más que pasar desapercibido para garantizar el lucimiento de los dos actorazos principales. El público que paga su entrada por ver la película quiere disfrutar de la capacidad de transformación de Jamie Foxx, junto con el buen momento que atraviesa Robert Downey Jr., quien rinde lo mismo en una gran superproducción que en una realización pequeña.

«El solista» es una historia de personajes, de a dos seres que viven en mundos muy distantes. La película ilustra el acercamiento del periodista Steve Lopez a un extraordinario músico callejero, pero que a día de hoy prefiere seguir tocando en una acera de Los Ángeles a cambio de la voluntad de los viandantes. El asunto no es nada novedoso, porque ya se han hecho otros dramas similares con ex-campeones de boxeo y demás figuras, convertidas en juguetes rotos por unas u otras circunstancias personales o por enfermedad, ya que el violonchelista Nathaniel Ayers sufre esquizofrenia. Fue un niño prodigio, pero nunca pudo llevar una carrera profesional. «El solista» parte de los reportajes escritos por Steve López, en los que describe sus infructuosos intentos por divulgar la música de este instrumentista que no desea salir del anonimato.