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«La melancolía está siempre presente en mi música, es una parte muy importante»

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Rodrigo Leão

Pianista y compositor


El inicio musical de Rodrigo Leão forma parte de la ola pop-rock que recorre Portugal en el inicio de la década de los ochenta. El ímpetu llega hasta pasada la mitad de la década, pero el misterio y la lírica de Madredeus cambia el destino musical del gran músico portugués. A principios de los noventa inicia carrera en solitario, que de momento culmina en “A mãe”.

 Pablo CABEZA | BILBO

El músico lusitano Rodrigo Leão nace en Lisboa en 1964. En 1982 funda el grupo Sétima Legião, junto con Nuno Cruz y Pedro Oliveira. La banda se decanta por el pop-rock, con Rodrigo Leão al bajo y los sintetizadores. Tres años más tarde se embarca en otro proyecto, funda Madredeus junto a Pedro Ayres Magalhães, sin dejar de lado a su anterior formación, que cuenta con numerosos seguidores en su país. Tampoco Pedro Ayres abandona Herois do Mar, otra de las agrupaciones básicas del pop-rock de los años ochenta en Portugal.
Con Madredeus, Leão se pasa definitivamente a los sintetizadores en busca de nuevas sonoridades junto a su amigo Pedro. En su cabeza bullen el concepto y la textura musical que desean, pero falta algo importante, la voz. De forma casual, una noche escuchan a Teresa Salgueiro, una joven de 17 años que canta fados con una espléndida voz. La historia de Madredeus comienza, llega la popularidad, las giras, los numeroso discos y el adiós a la intensa etapa.
Como artista en solitario Leão se especializa en ambientaciones instrumentales y una exquisita mezcla de teclados y cuerda, en principio influido por los minimalistas contemporáneos. Tras varias obras previas: “Ave mundi luminar”, “Mysterium”, “Theatrum”..., en 2004 publica “Cinema”, que fue considerado por el editor de la revista americana “Billboard” uno de los mejores discos de ese año. En el álbum también participan Beth Gibbons, de los especialistas en trip hop Portishead, y el japonés Ryüichi Sakamoto, colaboraciones que facilitan el camino hacia “A mãe”, el delicado álbum que presenta en su actual gira, disco donde el piano, los sintetizadores, la cuerda y las aportaciones vocales dan un nuevo rumbo a la inquietud de Rodrigo Leão.

¿Siempre será usted un músico unido a la melancolía, aunque esta sea bailable, como en el caso de «A corda»?

La melancolía está siempre presente en mi música, es una parte muy importante de mis composiciones, pero la melancolía no tiene por qué traducirse en algo triste. Tenemos también temas como “Pasión”, que son melancólicos y bailables.

No le imaginaba conocedor de un grupo como Tinderstick. ¿Cómo surge la posibilidad de que Staples cantase «The light so many colours»?

Stuart Staples es un cantante al que he admirado siempre, desde su comienzo en Tindersticks. Tiene mucho que ver con las influencias de las que bebo para componer, que van desde el tango hasta el pop, pasando por la música clásica. Stuart representa quizá mi visión del pop británico, que me encanta y es muy importante en mis composiciones. Estoy muy contento de haber podido contar con él.

La cuerda es un gran aliado para ambientar evocación, misterio, belleza. ¿Busca la belleza conscientemente?

Sí, claro. Creo que todos buscamos la belleza de una manera u otra. No sólo en la música, sino la belleza en la vida. Interiormente y exteriormente. Sin embargo, es el mismo concepto que en la primera pregunta: la búsqueda de la belleza es espontánea, no es una búsqueda premeditada, es algo abstracto.

Apellidarse «Cinema Ensemble», es una pista de por donde puede ir el disco, pero lo cierto es que hay muchas canciones en su historia que parecen escritas para el cine.

Efectivamente. El cine siempre ha supuesto una fuente de inspiración muy fuerte para componer. En mi música, hay evocaciones muy claras al cine, en los ambientes más intimistas, en los temas más instrumentales, en las cuerdas... La misma melancolía puede lograr un ambiente cinematográfico.

¿Busca más espacio con las diferentes interpretaciones en idiomas como el inglés y castellano?

Tal vez sí. La música para mí no debe tener ningún límite de idioma. Con Madredeus, una característica clave era que las letras debían ser en portugués. En mi música, es importante descubrir otras lenguas, otras experiencias sonoras.

¿El piano va ganando al sintetizador?

Sí,el piano acústico encierra quizá una mayor belleza que el sintetizador. Pero el sintetizador me proporciona otros sonidos, de cuerdas, de vientos... El sintetizador y el ordenador son herramientas imprescindibles en mis composiciones.

 

«Lo más importante es sentir que comunicas»

¿Persigue alguna sensación determinada cuando compone y arregla las canciones?
Hmmm, creo que no. Cuando compongo, se trata de un acto espontáneo; sí que quizá buscamos siempre algo, pero no se trata de nada concreto, sino de algo abstracto.

¿Le pide algo al público en sus conciertos?
Lo más importante es sentir que estás comunicando y que, a la par, el público disfruta con la música. El concierto puede ser un buen refugio para olvidar los problemas de cada uno y escuchar un ambiente de serenidad y paz.P. C.

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