El amplio respaldo social a Laborantza Ganbera deja el juicio visto para sentencia
Los alrededores del tribunal de Pau fueron escenario ayer de una nueva muestra masiva de solidaridad hacia EHLG que, junto a su presidente, fue juzgada por segunda vez bajo la acusación de «usurpar las funciones y el nombre» de la Cámara agraria oficial. El fiscal requirió una sanción económica de 2.000 euros y que las palabras `laborantza ganbera' desparezcan de la denominación. La defensa volvió a solicitar la exculpación. Veredicto para el 6 de mayo.
Arantxa MANTEROLA | PAU
Misma acusación, misma argumentación. Ayer, lo que varió respecto al primer juicio contra Euskal Herriko Laborantza Ganbera (EHLG) fue el lugar -Pau-, que no hubo acusación particular por parte de la cámara agrícola de los Pirineos Atlánticos porque no presentó recurso a la sentencia exculpatoria y, por supuesto, el propio tribunal, la Corte d'Apelación de Pau.
El procedimiento también fue similar. Tras la preceptiva lectura de las acusaciones y las preguntas del juez, el fiscal general Jean-Bernard Rouch interrogó al presidente de la asociación EHLG, Mixel Berhokoirigoin, sobre las tres acusaciones principales. Al preguntarle sobre la usurpación de actividades que incumben a la cámara oficial, Berhokoirigoin respondió que existen muchas estructuras y asociaciones que trabajan en el ámbito agrícola, incluso en temáticas de las que también se ocupa la cámara de Pau, y que EHLG es una de ellas. En cuanto a la posible «confusión» entre ambas estructuras, en particular por la denominación, el procesado argumentó que «no es posible» porque la cámara oficial no utiliza ese nombre en euskara: «De hecho, su delegación de Hazparne se llama `Laborarien etxea' (casa de los agricultores)», añadió.
El presidente de EHLG también refutó la «competencia» entre estructuras aducida por el fiscal «porque al no existir una cámara agraria de Ipar Euskal Herria - que es precisamente lo que demandan-, es imposible que pueda entrar en competencia con la de Pau».
«Tiene usted razón»
Además, Berhokoirigoin arrancó un «tiene usted razón» al fiscal Rouch cuando le precisó que, al crearse la asociación EHLG, el prefecto puso pegas únicamente a la designación que tenían pensado utilizar en francés por lo que decidieron quedarse solamente con la de euskara.
Como ya ocurriera en el juicio de Baiona, el tema de la denominación y de su traducción en francés fue una constante durante todo el proceso. El propio presidente del tribunal Yves Saint-Macary inquiría sistemáticamente a los testigos que sabían euskara, sobre cómo traducirían «por ejemplo, la cámara de comercio» en un intento de demostrar la posible confusión entre las dos estructuras cuando la mayoría de ellos respondían con la acepción `ganbera'.
Los cuatro testigos presentados por la defensa comenzaron a exponer sus alegaciones hacia las 15.30. El ex-presidente de la cámara agrícola de Loire Atlantique, Michel Loquet, el ex-eurodiputado Michel Onesta, un agricultor de Urdiñarbe y el vicepresidente del Consejo de Aquitania, Frantxua Maitia, repitieron los argumentos ya expuestos en el primer juicio, incidiendo en que la creación de EHLG responde a una necesidad evidente en el panorama agrícola de Lapurdi, Nafarroa Behera y Zuberoa. Alguno de ellos, solicitó directamente al tribunal, que dejaran a EHLG ejercer su labor.
La defensa corrió a cargo de tres abogados. Corinne Lepage, que no pudo participar en el proceso de Baiona al no haber podido acudir a la capital labortana por un huelga de transporte aéreo, incidió en que el fiscal no puede ir en contra de una reivindicación como es el caso de EHLG ya que ello vulneraría la libertad de expresión e «instrumentalizaría» la justicia.
Lepage matizó, además, que tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, existe una clara contradicción entre lo que estipula respecto al derecho reconocido a las asociaciones para denominarse como deseen y la actuación de la justicia en este caso. El razonamiento del letrado Joseph Montier fue por unos derroteros técnico-jurídicos y Jean-René Etchegaray se extendió en el repaso de los «ataques juridico-administrativos» sufridos por EHLG desde su creación hace cinco años. Todos ellos solicitaron la exculpación tanto de la asociación como de su presidente.
Multa de 2.000 euros
Previamente, tras reprochar a los impulsores de EHLG el haberse «escudado en una lengua extranjera para sus fines», el fiscal solicitó en sus conclusiones una multa de 2.000 euros para la asociación y su presidente y que las palabras «laborantza ganbera» desaparezcan de la denominación.
Antes de que el presidente del tribunal anunciara la sentencia para el 6 de mayo, Michel Berhokoirigoin tomó la palabra una última vez para subrayar el trabajo realizado y la gran participación obtenida por Euskal Herriko Laborantza Ganbera.
Insistió en que «es fundamental» que continúe su labor y expresó el deseo de que «ésta sea la última vez que nos veamos envueltos en un proceso judicial». Añadió que «están cansados» de repetir que no hay intencionalidades encubiertas en su proyecto y reivindicó la legitimidad del mismo, esperando que, «de una vez por todas», puedan orientar todas sus energías a ofrecer a los objetivos por los que crearon Euskal Herriko Laborantza Ganbera.
Uno de los letrados de EHLG, Joseph Montier, manifestó su seguridad en que los jueces tienen reales dificultades con este caso. «No quieren pronunciar una pena fuerte pero sí que haya condena para no dejar en entredicho al Ministerio público»
Numerosas pancartas en francés y occitano estaban colocadas en los alrededores del Palacio de Justicia. La mayoría pedían el cese de la «persecución» contra la EHLG y reclamaban el respeto de la libertad de asociación.
El presidente del Tribunal fijó la fecha del 6 de mayo para dar a conocer la sentencia. El hecho de que sea tras las elecciones regionales que se celebrarán el 14 y 21 de marzo no escapó a los comentarios de muchos de los desplazados ayer a Pau que lo interpretaban como una prueba de que es un caso «delicado» para el Estado.
A.M.
Una decena de autobuses se desplazaron hasta Pau para mostrar su apoyo a EHLG. Tres de ellos procedientes de Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa fueron fletados por ELA, que llevó una nutrida representación a Pau.
Como ya ocurriera en el primer juicio en Baiona, ayer se repitió una movilización poco habitual pero, esta vez, el escenario fue el palacio de Justicia de Pau. Centenares de baserritarras y ciudadanos de toda Euskal Herria se desplazaron hasta la capital bearnesa para manifestar su apoyo a Euskal Herriko Laborantza Ganbera y a su presidente, Mixel Berhokirigoin, que fueron juzgados por el tribunal de Apelación tras el recurso interpuesto por el Ministerio público contra la resolución exculpatoria del 26 de marzo de 2009.
Hacia las 13.00, los alrededores del Palacio de Justicia estaban ya repletos de gente que portaba banderolas con el logotipo de EHLG. Muchos se apresuraban a terminar los bocadillos ya que los sones de la txalaparta anunciaban la entrada al tribunal.
Antes de hacerlo, una representante de la Liga de Derechos Humanos (LDH), venida especialmente al proceso como observadora, manifestó en las mismas escaleras que «la actuación del prefecto era injustificable porque iba contra la libertad de asociación». También leyó un comunicado de apoyo del Sindicato de Abogados de Francia en el que consideraba el hecho de implicar en un procedimiento legal a la asociación como una «nueva muestra de la voluntad de los poderes públicos de criminalizar por todos los medios al movimiento social y sancionar penalmente las iniciativas militantes».
Sólo un centenar de los presentes pudo acceder a la sala del tribunal, entre ellos muchos electos y representantes sindicales, de organismos sociales y de partidos. Prácticamente todo el arco político, salvo el centro y la derecha, estaba representado ayer en la capital bearnesa: consejeros regionales y generales, electos municipales, miembros de Batasuna, AB, Segi, EHBai, PC, Attac, Europe Ecologie, ELB, EHNE, LAB, ELA, CGT, CFDT, EA, CADE, Bizi, Euskal Konfederazioa y, por supuesto, gran número de baserritarras .
Los que no pudieron acceder a la sala, la gran mayoría, se reunieron en la plaza Foirail, en una sala prestada por el ayuntamiento de Pau donde se emplaza el mercado biológico. El trayecto hasta allí, se convirtió en una improvisada manifestación que despertaba la curiosidad de los pasantes.
En el recinto, donde los organizadores habían preparado lo necesario para restaurarse, pudieron acortar la espera entre música y animaciones. De vez en cuando, un miembro de EHLGren Lagunak tomaba el micrófono del escenario para relatar cómo se estaba desarrollando el juicio.
Alrededor de las cuatro de la tarde, la sala se despejó un poco ya que los primeros autobuses de vuelta salieron hacia Ipar Euskal Herria. «Nos hubiéramos quedado más tiempo, pero ya se sabe, las vacas no esperan» decía uno de los baserritarras al montar en uno de ellos. A las 17.00, los tres autobuses provenientes de Hego Euskal Herria organizados por ELA, emprendían también el viaje de retorno.
El ambiente, sin embargo, se mantuvo hasta que finalizó el juicio, a eso de las 19.30. Abogados y representantes de EHLG, con su presidente Mixel Berhokoirigoin a la cabeza, se desplazaron hasta el recinto del mercado donde agradecieron a los presentes el apoyo recibido y explicaron los últimos pormenores del proceso.
Una hora más tarde, partían los últimos autobuses con gentes de todo el espectro social que demostraron, una vez más, su disposición a secundar un proyecto en el que creen tanto como sus impulsores. A.M.