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El Athletic en Europa

Difícil, pero no imposible

Athletic y Anderlecht resolverán su eliminatoria de 1/16 de final de la Europa League en el partido de vuelta. Con ligera ventaja para los belgas, después de que marcaran en San Mamés. El Athletic, al menos, recuperó la esperanza con un gol de San José que le mantiene vivo.

ATHLETIC 1

ANDERLECHT 1

Amaia U. LASAGABASTER | BILBO

El Athletic tendrá que apelar a su mejor versión el próximo jueves si quiere seguir adelante en la Europa League. El encuentro de vuelta de estos 1/16 de final resultará tan o más decisivo de lo que se esperaba, después de que los belgas rascaran un empate de San Mamés.

Pudo ser peor, teniendo en cuenta lo cuesta arriba que se le puso el partido al Athletic en una primera parte que, lamentablemente, arrancó con más movimiento en la grada que sobre el verde. Un sector de la afición del Anderlecht quiso hacerse notar y la lió durante algunos minutos, con encendido de bengala incluído.

Con el paso de los minutos, los jugadores consiguieron recuperar el protagonismo que les correspondía. A base de tesón, más que de juego, porque la escuadra belga consiguió cerrar el campo a cal y canto y el Athletic no fue capaz de encontrar la llave. Y tampoco de pagar con la misma moneda a un rival que hacía buena la potencia física de sus jugadores asustando a la contra cada vez que robaba el balón.

Pese a lo cual, sus mejores ocasiones llegaron con sendos errores rojiblancos. El primero a cargo de Ustaritz, que dejó un balón claro para Lukaku, solo en la frontal. Por suerte, el delantero blanquivioleta no anduvo tan fino como acostumbra. Peor fueron las cosas cinco minutos después, cuando Iraizoz no pudo detener un remate flojo del propio Lukaku y dejó la pelota franca para que Biglia, que llegaba solo, anotase el 0-1.

El mundo se le vino abajo al Athletic, consciente de que si con el marcador a cero había sido prácticamente imposible hacer daño a los belgas -Llorente, siempre rodeado de rivales y sin demasiadas asistencias de entidad, no pudo hacer el milagro-, la desventaja en el marcador elevaba la dificultad casi hasta el infinito.

Pero el Athletic revivió tras el descanso. Caparrós apeló al recurso habitual en los últimos tiempos y fue tirando de banquillo hasta tener a toda su artillería en el campo. Primero Iker Muniain -que, como Lukaku, tampoco tuvo su mejor día- y después Markel Susaeta y Gaizka Toquero, fueron metiendo pimienta al partido. El equipo, además, se apropió del balón y, aunque no siempre pudo moverlo con criterio, sí empezó a meter en apuros a su rival.

Todos arriba

Hubo premio casi inmediato, con un córner en corto, que Markel Susaeta envió al lío para que Mikel San José metiera la puntera y restableciera el empate. San Mamés también se reanimó, apareció la magia y, aunque el Anderlecht siguió asustando a la contra -esporádica pero contudentemente-, la posibilidad de la remontada empezó a planear sobre la Catedral.

No anduvo lejos. Entre faltas, subidas por banda, corners y patadones, consiguieron meter unos cuantos balones en el área visitante. Hasta el último suspiro siguió probando el equipo rojibanco pero, lamentablemente, no era su día y tuvo que conformarse con el empate ante un Anderlecht que demostró por qué se mantiene invicto en sus desplazamientos en la competición continental.

Al Athletic le toca ahora hacer bueno el otro dato que luce en las estadísticas de los belgas cuya única derrota ha llegado en su estadio.

El partido acabó con incidentes y cuatro belgas detenidos

Parte de los casi 2.000 aficionados del Anderlecht que se desplazaron a Bilbo se dejaron notar, para mal, antes, durante y después del partido.

Los incidentes comenzaron en el centro de la capital vizcaina horas antes de que arrancara el choque y se saldaron con la detención de cuatro seguidores belgas que habían protagonizado algunos altercados con la Ertzaintza.

Ya en San Mamés, un sector de la afición blanquivioleta comenzó a arrojar objetos a los aficionados locales sentados a su lado -separados por una valla-, lo que degeneró en un intercambio de lindezas que los efectivos de la Ertzaintza presentes en el estadio tardaron en resolver. De hecho, pese a que se hallaban vigilados de cerca por miembros de las fuerzas de seguridad, algunos aficionados encendieron una bengala. Desde otra zona igualmente ocupada por la afición visitante se encendió otra, y se lanzó al campo, cuando Biglia anotó el gol del Anderlecht.

Lo peor estaba por llegar. Finalizado el encuentro, parte de la hinchada visitante -que sacó a pasear una bandera de España- comenzó a liarla de nuevo. Tampoco estuvieron finos algunos seguidores locales y la cosa estuvo a punto de acabar en batalla campal. Bastantes aficionados belgas invadieron el césped -algunos con ganas de bronca, otros para escapar de lo que pudiera suceder-, algunos seguidores locales hicieron lo propio y varios de ellos se encontraron en la mitad del terreno de juego. Con la Ertzainza en la grada, fue el servicio de seguridad del Athletic el que tuvo que contener los incidentes antes de que pasaran a mayores.

Finalmente se decidió mantener a la afición del Anderlecht en el estadio hasta pasado un buen tiempo para evitar que se reprodujeran los incidentes en la salida. A.U.L.

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