Gorka ANDRAKA | Periodista
La fuente de comer
Un gesto, un mundo. En un céntrico parque de Bilbao, una mujer se dispone a dar de comer a su hijo de dos años. El babero, la cuchara, el termo... La madre coloca al crío junto a la enorme fuente que engalana los jardines y presiona el botón. El pequeño, encantado, pone sus manos bajo el chorro y mientras juega con el agua, ahora sí, se traga el puré. En menos de cinco minutos termina todo, aunque para entonces su madre ha tenido que pulsar doce veces el grifo. Con el postre, dos petit suisses, hay más suerte. Desaparece en apenas cinco golpes de fuente.
Un mundo, una duda. En una comunidad de Chiapas, un promotor de educación zapatista charla con una pareja de brigadistas catalanes: «Y ustedes, ¿de dónde son?». «De Barcelona, en España», responden con dos palabras. «Y eso, ¿por dónde queda? ¿En este planeta o en otro?», insiste el maestro indígena. «Se habrá equivocado», comentarán después los internacionalistas en privado, «seguro que quería decir continente en lugar de planeta». ¿O no?
«La justicia social sigue siendo un sueño para una gran parte de la humanidad», denuncia hoy Naciones Unidas, en el Día Mundial de la Justicia Social. “La pobreza extrema, el hambre, la discriminación y la negación de los derechos humanos continúan lastimando nuestro paisaje moral”. La injusticia campa a sus anchas, para nuestra mayor gloria. Eso sí, basta con racionar la fuente y repartir las miserias para que desaparezca.