Maite SOROA | msoroa@gara.net
Uno que está tarado
Ayer mismo comentábamos la fobia enfermiza contra el euskara de los paladines del unionismo español. Hoy volvemos sobre el caso a cuenta de una perla de medio kilo a cargo de Pascual Tamburri en «El Semanal Digital».
Se refería Tamburri a la campaña de prematriculación en Huarte y al concejal abertzale Xanti Kiroga.
Según Tamburri, Kiroga «parece un hombre atareado, sin duda. Pero su principal ocupación no es la libertad de sus administrados, ni mucho menos su bienestar: está donde está para defender las ideas de quien le manda, y no se avergüenza». Lo que le retuerce las tripas es lo que sigue: «¿Un concejal afín a ETA encargado de educación?» Ya ven por dónde desfila Tamburri.
En el fondo del asunto está la posibilidad de que algunos -sólo algunos- niñas y niños navarros puedan estudiar en euskara. Eso le pone enfermo. Lean, lean: «En Navarra, las familias tienen que elegir en qué idioma van a ser escolarizados sus hijos e hijas. No hay libertad total de elección, porque durante décadas una ley ha impuesto el vascuence -que no es ni nunca ha sido la lengua de todos los navarros- a personas y localidades que podrían haber tenido otras preferencias básicas». Para mí que este tío ha enfermado ya.
Pero como los argumentos no se sostienen, el columnista recurre a la demagogia cutre y ramplona: «Si unos señores amigos de los de las bombas y de la Herriko Taberna escriben para `recomendaros que elijáis para vuestra hija o hijo la enseñanza en euskera, por ser la única que garantiza el pleno dominio tanto del euskera como del castellano, así como un adecuado nivel de inglés al final de la enseñanza obligatoria'... ¿es consejo o es amenaza? ¿Será libre esa elección? ¿Será real el porcentaje de optantes por los modelos en vascuence?» ¡Qué sabrá Tamburri de la libertad!
Y para terminar tanto disparate, una melonada: «Si se trata de enseñar lenguas minoritarias, no comunes, en función de su antigüedad supuesta o de su importancia filológica demos más opciones. Hay más personas en el mundo que hablan latín, griego o farsi que hablantes nativos de euskera. Ya puestos, me encantaría que hubiese una línea educativa en sánscrito, hitita, luvita, tocario, gótico o siendo más humildes dálmata o por qué no córnico o sorabo». Para decir tonterías le basta con el castellano.