Una catástrofe ecológica sin precedentes amenaza al Po, el mayor río de Italia, que ayer fue víctima de una marea negra tras un sabotaje en una refinería a orillas de uno de sus afluentes, el Lambro, al norte de Milán.

«Vamos a pedir el estado de calamidad y la puesta en marcha de un plan para limitar los daños al medio ambiente y hacer frente a una situación grave que pone en peligro toda nuestra región y nuestros cursos de agua», declaró el responsable medioambiental de la región de Lombardía, Davide Boni.

A pesar de las barreras colocadas para intentar detenerla, la mancha de petróleo, de varios kilómetros de longitud, logró descender el curso del río Lambro desde Monza y contaminar el Po hasta la ciudad de Piacenza. La Prefectura de Milán organizó un gabinete de crisis.

«Es un verdadero acto de terrorismo medioambiental», declaró el presidente de la provincia de Monza, Dario Allevi, mientras que la Fiscalía de esta ciudad abrió una investigación.

Allevi también criticó a la empresa que fue objeto del sabotaje porque durante horas impidió el acceso de los técnicos a sus instalaciones.