Lula reafirma su apoyo a Cuba con su última visita oficial a la isla
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, mostró su apoyo total a Cuba con su última visita de Estado a la isla, donde se reunió con Raúl y Fidel Castro, y destacó el acercamiento registrado en las relaciones bilaterales entre ambos países durante su mandato, que concluye a finales de 2010. El mandatario cubano reiteró la disposición de su Gobierno a dialogar con EEUU, pero en igualdad de condiciones.
GARA
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva llegó a Cuba en visita oficial en el último tramo de su mandato, que concluye en 2010, y cuando el compromiso económico del país sudamericano, que se concreta en un paquete de créditos por casi mil millones de dólares [736.000 millones de euros], se encuentra en su punto más álgido.
La última visita oficial Lula a Cuba pretende ser «un mensaje a su sucesor de que las relaciones con Cuba son estratégicamente importantes y de que a él le gustaría que la cooperación continúe y se profundice», aseguró un diplomático brasileño a Reuters. El presidente brasileño permanecerá tres días en la isla caribeña antes de dirigirse a Haití. Ayer se reunió con Raúl Castro y por la tarde (hora local) tenía previsto encontrarse con su hermano el ex presidente Fidel Castro.
Sólido aliado
Bajo la presidencia de Lula, antiguo líder sindical y amigo de Fidel Castro desde hace tiempo, Brasil ha sido un sólido aliado económico y político de Cuba, proporcionando dinero e infraestructura empresarial a la isla.
Del total de créditos aprobados por Brasilia, 350 millones de dólares [258 millones de euros] están reservados a la compra de alimentos y otros 600 millones [442 millones de euros] a proyectos para la producción de arroz y caña de azúcar, la construcción de una carretera y la modernización del puerto de Mariel, cuyas obras para convertirlo en un moderno centro para la carga y descarga de buques inauguraron ayer Raúl Castro y Lula da Silva. Allí, Castro volvió a reiterar la disposición de su Gobierno de dialogar con EEUU sobre «todos los problemas que ellos quieran», pero sólo si es en «absoluta igualdad» de condiciones. Agregó que en un eventual diálogo, los representantes de Washington «pueden preguntar de todo, pero también queremos preguntar de todos los problemas de EEUU», según informó la agencia Estado, que acompaña a Lula en su viaje.
Lula, que no hizo declaraciones, adelantó desde México que para su Gobierno resulta «prioritaria» la recuperación de Mariel, que correrá a cargo de la constructora brasileña Odebrecht, así como invertir en la red hotelera y el sector de infraestructuras de la isla. Avanzó que «este mismo año» la estatal Petrobras «instalará una fábrica de combustible en La Habana» y que se prepara para explorar la posibilidad de que existan yacimientos frente a la costa cubana.
Lula prevé firmar durante su visita de Estado a Cuba acuerdos en las áreas de salud, tecnología y agricultura.
La tercera visita de Lula a Cuba en dos años coincidió con la de su homólogo venezolano, Hugo Chávez, principal aliado político y económico de la isla.
Barack Obama decidió ayer mantener vigente la declaración de emergencia con Cuba aprobada en 1996 tras el derribo de dos avionetas de la organización de exiliados cubanos «Hermanos al Rescate» que violaron el espacio aéreo. El 26 de febrero de 2004, EEUU extendió el estado de emergencia para negar cualquier apoyo económico y material a La Habana.
El opositor cubano Oswaldo Payá afirmó que Lula es «un verdadero cómplice de la violación de los derechos humanos» en Cuba y le instó a «llevarse de regreso cuando quiera» sus inversiones. «Ya no esperamos ni queremos esperar nada de él», agregó.
El disidente cubano Orlando Zapata Tamayo murió el martes en un hospital de La Habana a consecuencia de la huelga de hambre que mantenía desde el 3 de diciembre para protestar por la situación de los presos opositores en la isla. Zapata era uno de los 65 «presos de conciencia» cubanos de la lista de Amnistía Internacional y ha sido el primero en morir en prisión desde 1972, indicó a AFP la ilegal pero tolerada Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, que calificó el hecho de «asesinato virtual y premeditado» y denunció la lentitud de las autoridades para prestar atención al prisionero.
Elizardo Sánchez, director de este grupo, señaló que la muerte de Zapata es «una gran tragedia para su familia y una muy mala noticia para los movimientos de defensa de los derechos humanos, pero también para el Gobierno, que deberá pagar un precio político por esta muerte». Un diplomático cubano manifestó a AFP al respecto que «es malo para la imagen de Cuba, por supuesto», pero dudó de que fuera a afectar a las relaciones con la isla, que cuenta con el apoyo de América Latina.
El presidente cubano, Raúl Castro, lamentó la muerte de Zapata y afirmó que es el resultado de la relación con EEUU, asegurando que en la isla «no existen torturados», como en la base estadounidense de Guantánamo.
Orlando Zapata , albañil de 42 años y miembro del Directorio Democrático Cubano, fue condenado en 2003 a 18 años de cárcel por «desórdenes públicos», pero luego se le aumentó la condena hasta los 25 años. Este grupo sostiene que el Gobierno cubano «se negó a garantizarle sus derechos básicos», lo que ha terminado por convertirle en víctima del «terrorismo de Estado». GARA
