Aunque los llamamientos a la calma se habían sucedido en los últimos días, los primeros altercados no tardaron en llegar. Un grupo de veinte aficionados del Anderlecht agredió a cuatro seguidores del Athletic en pleno centro de Bruselas, en las cercanías de la plaza Rogier. Al parecer, los ultras belgas se aseguraron de que los agredidos eran seguidores rojiblancos antes de liarse a puñetazos en plena vía pública, ya que no llevaban camisetas ni bufandas. Según las distintas informaciones, los agentes de la Ertzaintza desplazados a la capital belga expresamente para la ocasión y algunos agentes de la Policía belga evitaron que la agresión se convirtiera en una batalla campal.

Como consecuencia de las agresiones, un seguidor del Athletic tuvo que ser atendido por fractura en el tabique nasal y otro aficionado vasco sufrió erosiones en la frente y en la sien. A pesar de las medidas de seguridad, los cerca de 200 aficionados rojiblancos que se encontraban anoche en Bruselas mostraron su preocupación por lo que pudiera pasar durante la noche y en la jornada de hoy.

Fuertes medidas

Sorprende lo sucedido, ya que las últimas jornadas se han consumido entre los llamamientos a la calma y, por si estos no tuvieran el eco deseable, la organización del dispositivo de seguridad.

Será máxima, más aún después de que la policía belga haya decidido declarar el partido de «alto riesgo». Eso se traducirá en la presencia de más agentes, así como de helicópteros y de camiones con cañones de agua a presión, por si hubiera que sofocar algún altercado. Precisamente para evitar que se produzca, las fuerzas de seguridad, que dedicarán más de un millar de agentes a la tarea, ya habían decidido anteriormente la puesta en marcha de un dispositivo especial de protección para la afición rojiblanca.

Los autobuses fletados por el Athletic para desplazar a sus aficionados desde el centro de Bruselas hasta el Constant Vanden Stock, así como los correspondientes a viajes organizados, serán escoltados por coches policiales y entrarán directamente en las cocheras del estadio, para evitar el más mínimo contacto entre aficiones. Un recorrido que, a la inversa, se repetirá tras la conclusión del choque.

Además, ya dentro del estadio, las dos aficiones estarán perfectamente separadas por vallas, cristales y un cordón policial que podría multiplicarse en caso de necesidad. El Anderlecht, además, ha querido evitar la presencia de seguidores del Athletic fuera de la zona acotada. De esta manera, los casi 2.000 billetes que quedaban sin vender anteayer, sólo podían ser adquiridos por personas que se encontrasen en la base de datos del club y que hubieran comprado entradas en alguna ocasión anterior para presenciar un partido en el Vanden Stock.

Pese a todo, se sigue insistiendo en el llamamiento a la prudencia para los seguidores que se hayan desplazado a Bruselas, a los que se recomienda que se muevan en grupos grandes y sin distintivos rojiblancos.

Precaución, en definitiva, aunque no psicosis, tal y como subrayaba ayer el Viceconsejero de Interior Rafael Iturriaga, desplazado a la capital belga junto a la expedición oficial del Athletic. «La psicosis no sólo se debe rebajar, sino que se debe eliminar, no es buena para nada. Una cierta prudencia siempre es razonable, en éste y en cualquier desplazamiento, pero la psicosis es contraproducente».