Al cineasta de origen tunecino Karim Dridi, tras dedicar el documental «Cuba feliz» a la música caribeña, la ficción basada en hechos históricos del periodo colonial francés en el Norte de África le sirve para reencontrarse con los sonidos árabes, representados por el grupo palestino Le Trio Joubran, que Fermin Muguruza nos descubrió en «Checkpoint Rock». En «El último vuelo» hace un viaje inverso al de «Khamsa», su realización más interesante hasta la fecha, en la cual describe los problemas de los inmigrantes magrebíes menores de edad que han perdido sus vínculos familiares y se debaten entre la acogida o el internamento en centros tutelados.

Está claro que «El último vuelo» es una producción más ambiciosa, toda vez que ha conseguido el protagonismo de Marion Cotillard, a pesar de que la actriz y cantante ya está afincada en Hollywood. Ella encarna a la heroína Marie Vallières de Beaumont, que en 1933 se adentró en el desierto del Teneré para buscar a su novio, el aviador Bill Lancaster, al que se le perdió la pista durante un vuelo pionero entre Londres y El Cabo.

La película se basa en el libro de Sylvain Estibal titulado «El último vuelo de Lancaster», que recrea con fidelidad los tiempos de los meharistas que ocupaban Argelia.