Pablo CABEZA | BILBO

Nos gana Harrobi con «Harrobian indusi» porque las raíces del presenta trabajo llegan desde el decenio 65-75, no superado en lo que va de historia y previsiblemente, tal y como va la música, no batible en un futuro. Pero además, el quinteto de Dima, Bizkaia, aporta nueve robustas canciones. Guitarreros y armónicos, el grupo del valle de Arratia ha creado no menos de cuatro singles, con «Malda behera» y «Erlojuaren aurka» como transatlánticos.

«Harrobian indusi» nos muestra que Harrobi tocan r'n'r desenfadado y que pueden amenizar tabernas y verano con todas las garantías. Pero, sin olvidar que con las buenas baladas se llega con intensidad al interior de los oyentes. Y las tienen.

Para Harrobi, ahora se trata de que se fijen en ellos y que se dejen de lado ciertas tendencias cómodas, tendentes a contratar siempre a los mismos nombres. La pelea es dura, pero ahí están.

Parecen unos recién llegados, pero Harrobi y sus raíces tienen metros bajo tierra.

Hacia el año 2003, con la separación de The Impresentables, después de dos discos («The Impresentables», 1991, e «Inpresentableak aitaren etxean», 1996), Iñaki Akesolo y yo nos quedamos solos, pero con ganas de seguir haciendo música. Grabamos una maqueta y tocamos por ahí como I+D. De aquellas canciones surgió la base del primer disco de Harrobi, «Moai», en 2006, grabado con notables músicos de estudio. Pero en el año 2007 decidimos volver a lo que más nos gusta, una banda estable y con una formación clásica de dos guitarras, bajo, batería y voz, que somos Iñaki Akesolo, Josu Etxebarria, Raúl Gómez, Antonio Cantero y yo.

Quizá sea claro que el single principal es «Maldan behera» y que abre disco a conciencia.

Para nosotros «Maldan Behera» era la que sonaba más redonda. Tenía marcha, estribillo pegadizo, etc. Esa era nuestra apuesta; sin embargo, al no tener esa organización y, sobre todo, el apoyo promocional que tuvo «Moai», cada radio pone la que más le gusta.

El disco sugiere que se les da muy bien la canción rockera y redonda.

Creo que normalmente una canción es más fácil que sea redonda si es simple musicalmente. Iñaki y yo no somos grandes músicos, pero creo que hacemos buenas melodías, trabajamos mucho en ellas. Luego está el resto de la banda para decidir qué color dar a las canciones. Son músicos como nosotros, de sota, caballo y rey, para lo malo y para lo bueno.

Su formación musical huele a Costa Oeste estadounidense, country-rock, rock de carretera, final de los sesenta y principios de los setenta...

En lo que a mis gustos respecta, das bastante en el clavo. No lo puedo remediar. Los discos que más me siguen gustando están entre el 67 y el 73. A Raúl y a Antonio les va bastante esa época, pero lo mío es ya un enfermedad.

Bonitas guitarras y armonías vocales... y de esto, además, el técnico y productor Saúl Santolaria sabe mucho.

A Saúl Santolaria lo descubrimos por casualidad y fue una gran suerte contar con él, porque nos ha hecho mucho mejores de lo que somos, particularmente a mí. Sabe mucho de armonías (ha cantado en el disco). Además es el productor perfecto, tiene mucho oído y le da a cualquier instrumento.

Y vaya sabor a los Stones que se consigue con «70 urte».

La canción trata sobre un tipo de 70 años que es empresario. Por supuesto, a éste sí que le gusta su trabajo y no se jubila. Su ambición no tiene límites y es alguien que podría estar tranquilamente en casa leyendo o escuchando música, pero lo que más le gusta es ganar dinero. El tipo no tiene escrúpulos en explotar a quien haga falta y, además, todos los domingos se sienta en la primera fila en misa. La canción tiene tan mala uva, que nos parecieron ideales esos coros a lo «Sympathy for the devil».

¿Arratia aísla?

Arratia es nuestra casa y su panorama musical ha estado incluso peor que hoy en día. Ahora tenemos grupos como MG o Jaik (ambos de Dima, por cierto) y la cosa se está moviendo algo más. Harrobi no nos podemos quejar de los ayuntamientos de la zona, porque nos han contratado casi todos y lo volverán a hacer. Lo que nos gustaría de verdad es romper esta invisible muga y tocar fuera de la zona.