El presidente sirio, Bashar al-Assad, se declaró ayer «atónito» ante la demanda de Washington de que su país se distancie de Irán y defendió el derecho de Teherán a tener un programa nuclear civil. Preguntado por la exigencia de la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, a Siria para que «comience a alejarse de Irán», Al-Assad respondió: «Estoy atónito porque pidan a unos países que se alejen de otros. Necesitamos reforzar las relaciones si el verdadero objetivo es la estabilidad».

«Deseamos que los demás no nos den lecciones sobre las relaciones de nuestra región», añadió durante una conferencia de prensa con su homólogo iraní, Mahmud Ahmadineyad.

«Nos hemos reunido hoy para firmar un acuerdo de separación entre Siria e Irán, pero debido a una mala traducción hemos firmado un acuerdo para la supresión de visados» entre Siria e Irán, ironizó Al-Assad antes de responder a la pregunta sobre Clinton.

El acuerdo sobre la supresión de visados «reforzará a partir de ahora nuestras relaciones en todos los ámbitos y a todos los niveles», agregó.

Al-Assad también defendió el derecho de Irán a su programa nuclear de carácter civil, mientras que Clinton dijo el miércoles que espera que una resolución de la ONU condene las actividades nucleares de Irán «en 30 ó 60 días».

«Prohibir a un Estado independiente el derecho a enriquecer uranio revela un nuevo proceso colonialista en la región», añadió Al-Assad, destacando que «tras Irán, les tocará a otros estados de la región» que desarrollen la energía nuclear.

Los principales dirigentes civiles y militares turcos se reunieron ayer en Ankara para intentar superar la crisis abierta tras la detención de 49 oficiales acusados de planear un golpe de Estado para derrocar al Gobierno del islamista Recep Tayyip Erdogan. Los ex jefes de la Fuerza Aérea y de la Marina fueron liberados tras declarar.