Las metáforas climatológicas eran obligadas en los corrillos previos al acto. «Ciclogénesis independentista», sugerían algunos participantes a los periodistas como posible titular. «Tormenta política», ironizaba otro de los reunidos viendo la expectación mediática de la víspera. Nada de eso. Bromas aparte, la red Independentistak suena de momento como un susurro que, eso sí, aspira a crecer en intensidad y fuerza poco a poco.

A tenor de los mensajes lanzados ayer, está claro que no se trata de una suave brisa que se limite a refrescar pasajeramente el recalentado ambiente vasco, pero tampoco aspira a ser un vendaval que se lleve todo por delante y se difumine después sin resultados prácticos. Al contrario, se destaca que nace para ganar voluntades poco a poco, y que viene para quedarse.

El concepto de que las prisas no son buenas consejeras quedó claro en el propio diseño del acto. No hubo preguntas, a fin de que lo que destacara fuera el contenido de la iniciativa: el manifiesto ``Ari gara'', por un lado, y la explicación de los objetivos y los procedimientos que utilizará la red, por otro. Se escucharon a la par las tres lenguas usadas en el país -euskara, castellano y francés- para que nadie se sintiera al margen. Y se reiteró que la iniciativa no está cerrada, ni mucho menos, sino en construcción y abierta a todo tipo de aportación, por los procedimientos clásicos o mediante las tecnologías modernas.

Solemne, pero novedoso

Por eso, la presentación tuvo obligadamente cierta «solemnidad», como admitieron sus promotores. De hecho, todos llegaron muy puntuales, así que el hecho de encontrarse el parque del Palacio de Miramar cerrado a cal y canto por las inclemencias del temporal no supuso ningún retraso. Ya dentro del palacio, un escenario muy sobrio, con sólo una palabra sobre el atril: «Independentistak».

Pero la solemnidad no era sinónimo de intrascendencia en este caso. Pronto empezaron las sorpresas. En un día en que medios como ``Diario de Navarra'' auguraban que se presentaba «la nueva franquicia electoral de los batasunos», el manifiesto dejó claro pronto que Independentistak es otra cosa bien distinta, «fuera del juego de los partidos y la competición electoral». Quienes acudieron únicamente a pasar lista de los políticos presentes también se toparon con algo inesperado, ya que la mayoría de los reunidos proceden de otros ámbitos. Y los que habían anticipado que se trataba de una iniciativa monocolor encontraron en la lista de impulsores nombres y trayectorias de todo tipo, desde la del escritor Joan Mari Irigoien a la del profesor Mario Zubiaga, desde la del histórico de la izquierda abertzale Tasio Erkizia a la de los parlamentarios de NaBai Paula Kasares y Maiorga Ramírez, desde la de Txillardegi a la de Sabin Intxaurraga, del surfista Kepa Acero a la bertsolari Onintza Enbeitia, del ex presidente del CES Antxon Lafont a los sindicalistas Paul Nicholson o Unzalu Salterain, desde Pirritx eta Porrotx a los sacerdotes Félix Placer y Ciriaco Molinuevo. Y así hasta 139 firmantes, la mayor parte de los cuales no necesita presentación y a los que sólo une ser independentistas: Nekane Alzelai, Hafid Amahazian, Battita Ameztoi, Floren Aoiz, Miren Aranguren, Ana Arbulu, César Arrondo, Óscar Bañuelos, Patxi Biskert, Joseba Beramendi Exprai, Eneko Compains, Pello Esarte, Rufi Etxeberria, Gabirel Ezkurdia, Aratz Gallastegi, Xabier Isasi, Nekane Jurado, Ramón Labayen, Juanjo Martínez Leunda, Laura Mintegi, Gabi Mouesca, Fredi Paia, Iñaki Regil, Arritxu Santamaría, Dani Saralegi, Toni Strubell, Martxel Toledo, Maite Ubiria, Jesús Valencia, Walter Wendelin, Xabier Zubizarreta...

Todos ellos ya están soplando para traer un nuevo marco en el que la independencia sea posible. El viento nuevo corre también por las rendijas abiertas de Internet. En la web independentistak.net se podía leer la noticia de la presentación muy poco después de haberse llevado a cabo, llegaban las primeras adhesiones al manifiesto ``Ari gara'' y por la tarde ya se contaban por cientos los «fans» adheridos mediante la red social Facebook. Para el Aberri Eguna, dentro de cinco domingos, nadie duda de que serán muchos miles en un país en el que la cota de independentistas se sitúa por encima del 30% en todas las encuestas desde hace varios años. Ma- teria prima suficiente para comenzar a construir otra realidad con paciencia y determinación, lejos de las prisas y la falta de bases sólidas que, según un experto como Brian Currin, fue letal en procesos anteriores.