La mayoría sindical vasca ante la situación económica
«Los gobiernos están dando la espalda a la clase trabajadora»
Juanjo BASTERRA | BILBO
El consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Gasteiz, Carlos Aguirre, dice que la CAV se va a sumar a la ola de recuperación que dice que se extiende por la UE. ¿De qué ola habla?
Si la economía mejora o deja de mejorar lo evaluaremos en función de la cohesión social, si mejora el acceso a los servicios públicos, a las prestaciones y si mejora la realidad del empleo. No creo que en esas variables nos estemos acercando a la UE. Nunca hemos estado en esa realidad. Se mira a Europa para lo que se quiere, se toman referencias válidas que se quieren y se nos sigue hablando de la economía en función de unos datos macroeconómicos concretos, como es el PIB, pero se olvida el desempleo, la exclusión social y las malas condiciones de trabajo que soportamos las trabajadoras. Recordarle al consejero del Gobierno de Gasteiz que la evolución del PIB viene dada por la desviación de dinero público que se ha practicado.
¿No ve una regeneración?
La economía vasca no se está regenerando; sólo se ha desviado dinero público que ha generado una pequeña reactivación que no es sólida. Ese discurso oficial está hueco, porque las trabajadoras necesitamos comprobar que quienes han perdido el empleo lo pueden recuperar, pero eso no está a la vista con casi 180.000 personas en paro, la mitad de la juventud sin posibilidad de acceder a un empleo, uno de cada tres parados sin prestaciones y la mitad de los pensionistas en riesgo grave de pobreza. Se pierde el tiempo con declaraciones grandilocuentes, pero no son capaces de adoptar decisiones que sirvan a la clase trabajadora.
¿Está decepcionada porque las administraciones públicas no han tenido en cuenta el decálogo que LAB firmó con el resto de la mayoría sindical vasca?
No sé si la sensación es de decepción. Los gobiernos, una vez más, dan la espalda a los trabajadores. Ya dijimos que la alternancia política no es sinónimo de cambio político. No esperábamos que el Gobierno de Patxi López lo hiciera, ni tampoco el Gobierno de ultraderecha de Miguel Sanz. Estamos en una fase de una apuesta por construir una alternativa, como se fija en las diez medidas contra la crisis. Ahí tenemos que ser capaces de sumar fuerzas y de impulsar dinámicas que de verdad incidan en las decisiones políticas y económicas. Es positiva la dinámica que hemos iniciado, ya que hemos recogido 131.894 firmas, y seguiremos con movilizaciones en marzo para avanzar en la transformación social.
¿Han fracasado los gobiernos de Sanz y López, porque ni han creado empleo ni han repartido la riqueza y quienes nos han metido en la crisis siguen con elevados beneficios?
Han fracasado si de verdad pensásemos que estos gobiernos tenían vocación de generar o desarrollar un modelo económico basado en el reparto de la riqueza o de poner la economía al servicio de la sociedad, pero eso no es así, han profundizado en sentido contrario. El objetivo de este modelo económico y de crecimiento ha sido generar riqueza a costa de los trabajadores y acumular la riqueza en pocas manos. Ése ha sido su propósito y lo han conseguido. Otra cosa es que ese modelo es insostenible, se ha agotado y ha hecho crack. Esos gobiernos fracasan en dar respuestas y alternativas a los trabajadores, porque se han puesto al servicio de la patronal y la élite económica.
¿La reforma de las pensiones es un atraco a los trabajadores?
Será un nuevo regalo que se va a hacer a la banca privada. Es una reivindicación constante de la banca y, al parecer, Rodríguez Zapatero está dispuesto a ceder. Es efectivamente un atraco a los trabajadores que generamos riqueza, pero que no revierte en un sistema de pensiones justo. Es un atraco por cuanto se nos están robando además conquistas sociales que hemos logrado gracias a nuestra lucha y que se están decidiendo al margen de los trabajadores sin tener en cuenta nuestros intereses.
Con la precariedad existente y las dificultades de que los jóvenes y las mujeres entren con empleo estable, ¿alargar a 67 años la edad de jubilación o computar 25 años de tu vida laboral para calcular la pensión hacen imposible a muchas personas contar con una pensión digna en un futuro?
Es cierto. De hecho, la juventud y, sobre todo, las mujeres ya teníamos suficientes dificultades como para saber que nuestras posibilidades eran escasas, pero efectivamente se están poniendo unas condiciones imposibles. El acceso a las pensiones va a estar vetado a amplios colectivos. Ahora las dificultades también son reales, porque la mitad de los pensionistas de Hego Euskal Herria viven en situación de pobreza. Se ha decidido que hay que recortar el sistema público para dar más negocio a quienes nos han metido en esta crisis. A nadie se le pasa por la cabeza pensar que la posible salida de la crisis va a venir por estos recortes. Tampoco es sensato pensar que retrasar la edad de jubilación con los años que se plantean va tener impacto positivo sobre el desempleo o la calidad del empleo. Si queremos apostar por un sistema de pensiones, lo que tenemos que hacer es dotarnos de un empleo digno, que se cotice y garantice las pensiones.
¿Por qué no se refuerza e impulsa el empleo digno?
Porque no hay voluntad política. Está claro que esas medidas que se plantean en la reforma de las pensiones ni son necesarias ni son justas, pero lo cierto es que se toman para que las trabajadoras no tengamos una pensión digna, como ya ocurre en estos momentos.
¿Cómo entiende que el Gobierno español ceda el protagonismo a la élite económica?
Los gobiernos de turno pueden ser de un color o de otro, pero todos han aplicado las mismas terapias y las mismas recetas al servicio del poder económico. La única forma de entender lo que está pasando es tener claro dónde está el poder real, que no está en las instituciones; está en las grandes entidades financieras, grandes capitales. Desde ahí se toman las decisiones y los gobiernos gobiernan en función de lo que les dictan. El Gobierno de Zapatero o cualquier gobierno podría optar por situarse del lado de los trabajadores y desde unas grandes mayorías sociales ir abordando unas alternativas estratégicas a las políticas que se han ido haciendo, pero se apuesta por no cuestionar dónde esta el poder real y para quién se ha de gobernar.
¿Cómo se le da la vuelta?
Disputando el poder; o sea, recuperando para la clase trabajadora ámbitos y cuotas de poder desde nuestra capacidad de organización y de lucha. Al fin y al cabo, la cuestión básica es que lo que se decide se hace en función de quién, y no somos los trabajadores ni las clases populares los que decidimos. Por lo tanto, tenemos que recuperar el poder de decidir. Hay instrumentos de negociación colectiva con una alternativa clara y confrontando en favor de nuestros intereses, tenemos que ir recuperando espacio. A esto se le da la vuelta no resignándose. Teniendo claras donde están las referencias, que se encuentran en la alternativa que hemos presentado en el decálogo. Apostando por la movilización y la lucha, y entendiendo que será largo, pero es un camino que se puede andar y se andará si hay un compromiso por parte de los trabajadores de impulsarlo desde nuestra propia capacidad.
¿Cómo valora el Acuerdo de Negociación Colectiva firmado en Madrid por la patronal y CCOO y UGT?
Malo en contenidos y ajeno a la clase trabajadora vasca. Es ambiguo en lo que no puede serlo, como es la subida salarial, y muy claro en lo que no tendría que serlo, una subida salarial máxima del 1%. No responde a las necesidades de los trabajadores y asume la moderación salarial ante la crisis que no hemos generado.
También pide modificar la negociación colectiva.
Es un debate que viene de atrás y se aprovecha de la crisis para sacarlo. El secretario general de CCOO, Toxo, ha situado esa referencia como algo más importante que los cambios de modelo de contratación. Si ocurre así, lo consideraríamos una agresión a los trabajadores vascos, y no lo aceptamos.
¿Hay más razones que en mayo para salir a la calle?
En mayo teníamos razones suficientes para salir a la calle y convocar la huelga. Aquella labor sindical ha dado lugar a una alternativa. Y ahora es el momento de dar pasos efectivos. Hemos convocado movilizaciones el 2 de marzo; y el 8 de Marzo, día de la Mujer Trabajadora, después de siete años, la convocatoria es unitaria. Y el sábado 27 de marzo se convoca una movilización social, que no ha habido otra similar desde hace 16 años, con la reivindicación del marco vasco de relaciones laborales (MVRL).
¿Qué valoración hace de las respuestas que se están produciendo al documento de la izquierda abertzale?
El documento es positivo. Siempre hemos dicho que los cambios sociales que necesitamos en este país requieren de cambios políticos que lo posibiliten. Las reacciones son las esperadas. Acabamos de pasar el 19 de febrero, que se conmemoraron los 16 años de exigencia del MVRL. Desde las instituciones no han dado ni un paso. Patxi López pretende hacerlo en sentido contrario. Construir y establecer un MVRL es el cambio político que necesitamos y estos pasos van a posibilitar que nos acerquemos a esos cambios. J. BASTERRA