Miles de denuncias ante unos jueces «que tienen mucho que decir»
Cientos de personas acudieron ayer a las concentraciones que había convocado la asociación de familiares de presos políticos vascos ante los juzgados de las cuatro capitales de Hego Euskal Herria, Tolosa y Durango para tramitar las denuncias de cacheos y humillación. Desde Etxerat afirmaron que hasta el momento han sido miles las denuncias interpuestas. «Ya es hora de acabar con esto, y en ello los jueces tienen mucho que decir», subrayaron.Zuriñe ETXEBERRIA |
La asociación de familiares de presos y represaliados políticos vascos, Etxerat, llevó a cabo ayer varias movilizaciones con el objetivo de denunciar el acoso que padecen los familiares. En concreto, por la mañana las concentraciones se realizaron ante los juzgados de las cuatro capitales de Hego Euskal Herria, en Tolosa y en Durango. Durante toda la mañana se tramitó una denuncia masiva de quejas en los juzgados de guardia.
En Donostia fueron alrededor de 200 familiares y allegados los que denunciaron los intentos de humillación que están padeciendo en las cárceles de los estados francés y español. En la capital alavesa 90, 140 en Bilbo y 180 en Iruñea. Además, Etxerat también estuvo presente en los juzgados de Tolosa y Agoitz donde tuvieron que hacer frente a varias trabas.
Alrededor de 80 familiares y amigos, denuncias en mano, se dirigieron al Juzgado de Tolosa, sin embargo, para su sorpresa, éste se encontraba cerrado. Policía municipal y Ertzaintza les informó de que tendría que estar abierto, por contra, desde Etxerat intentaron ponerse en contacto telefónicamente con el Juzgado de Guardia, pero no obtuvieron respuesta. Asimismo, en Agoitz, a las 30 personas que se disponían a tramitar las denuncias les negaron el paso argumentando que el Juzgado de Guardia «no está para estas cosas, sino para cuestiones más importantes» y a continuación bajaron hasta la mitad la persiana metálica del mismo.
En declaraciones realizadas en Bilbo, Etxerat recordó que durante todo el mes de febrero han interpelado a los principales responsables de los intentos de cacheo y humillaciones, además de exigir al PSOE «el final de la criminal política penitenciaria». «Ante este chantaje infinito -afirmaron- que los presos vascos nunca caminarán solos». Etxerat agregó que ya son miles las denuncias interpuestas «para acabar con esta situación», y, en ese sentido, subrayaron que «los jueces tiene mucho que decir».
Por la tarde, se repitieron las movilizaciones. En Eskoriatza se concentraron 32 personas y en la manifestación que recorrió las calles de Gasteiz participaron 650 personas. Según informaron a GARA, al comienzo de la marcha la Ertzaintza intentó impedir la misma bajo el argumento de que todos los actos habían sido suspendidos debido a las posibles fuertes rachas de viento. No obstante, los ertzainas no mostraron ninguna orden y los manifestantes asumieron su responsabilidad, aunque los agentes contestaron que abrirán un expediente.
Más problemas con las visitas
Por otro lado, Etxerat informó a este periódico de los problemas sucedidos ayer en las cárceles españolas de Jaén y Aranjuez. Tal y como relataron, varios familiares se quedaron sin visita cuando fueron informados de una nueva circular en la que dictan que «no puede coincidir más de una visita a presos vascos a la misma hora». A consecuencia, algunos familiares perdieron ayer su visita.
Etxerat mostró su preocupación al respecto, ya que, «el tema de los cacheos empezó del mismo modo». Por lo que desconocen si se trata de algo puntual o, si por el contrario, podría extenderse a otras prisiones.
Según precisaron a GARA, los familiares de Juan Mari Olano e Iñaki Goioaga sufrieron un «estricto y severo» control de la Policía española cuando se dirigían a la cárcel de Segovia. Los policías inspeccionaron «de arriba a abajo» el coche y las maletas. Al salir de la visita, volvieron a sufrir trabas.
Los presos políticos vascos de la prisión zaragozana de Daroca emprenderán una jornada de lucha desde mañana y hasta el viernes. Durante cinco días denunciarán la aplicación del régimen de incomunicación.