IRUJO-BEROIZ 22

BENGOETXEA-OTXANDO 13

La exigencia profesional, y contractual, que obliga a cada jugador a exprimirse en cada compromiso ante los pelotazales, tuvo ayer un ejemplo de esos que engrandecen este bello deporte. Dos parejas con muy poco en juego se dieron cita en el Labrit iruñearra para tratar de llegar al cartón 22 en un partido que muchos calificaron de «protocolario». Adjetivo erróneo.

Irujo y Beroiz habían sellado ya su pase a la siguiente fase del torneo, mientras que Bengoetxea y Otxandorena no tenían ninguna opción de entrar en semifinales. Sin embargo, despojados de la tensión que siempre azota al pelotari cuando la espada de Damocles amenaza su cuello en forma de resultado, las dos parejas entraron en un duelo vibrante y precioso para la vista, que fue finalmente solventado por un Irujo que volvió a mostrarse intratable en los cuadros del fuego.

El de Ibero no tardó en sacar de vespertino paseo su demoledor látigo, y los colorados necesitaron pocos minutos para adelantarse por 4-0. Sin embargo, había otros con ganas de demostrar que tampoco habían ido de paseo al Labrit, y pronto recularon para jugar de tú a tú. Por ello, porque los partidos intrascendentes no existen en el mundo profesional, y porque el amor propio siempre supera a la apatía de verse fuera de la pelea por entrar en los puestos más altos, Bengoetxea y Otxandorena voltearon el juego dominante de Irujo, y apoyados en el zaguero baztandarra lograron igualar la contienda (4-4).

Oinatz volvió a mostrar las dificultades que sigue arrastrando para finalizar los tantos, e Irujo aprovechó la circunstancia para volver a reponerse en el marcador. Otxandorena, en cambio, exhibió golpeo, y gracias a su actuación el partido se mantuvo muy igualado hasta la mitad de la contienda. Si bien es cierto que la igualdad era notoria en cuanto al resultado, no es menos verdad que la pareja de Asegarce en ningún momento pudo hacerse con la delantera en el resultado (6-4, 7-6, 11-9, 12-10).

A pesar de que el Ecuador del partido marcara un partido abierto, la sensación que cada pareja desprendía era bien diferente. La facilidad de Irujo para sumar puntos a su cuenta, contrastaba con el titánico esfuerzo que Oinatz debía realizar para sumar tantos.

Y no tardó en que ese evidente desequilibrio se tradujera al marcador. De nuevo Irujo quiso ser el protagonista principal de la cinta. Sus mandobles encajonaron a Otxando en el rebote, y prosiguieron con su masacre a Bengoetxea, que aunque plantó cara en algún momento, volvió a evidenciar gran dificultad en la definición. Así, y casi de manera repentina, los colorados volaron del 13-10 al 22-13 para seguir mostrando que son una de las parejas a batir.

Pablito y Begino fuera

Lo tenían complicado el viernes Berasaluze y Begino, ya que debían dejar en menos de 7 tantos a la insaciable pareja compuesta por Titín y Pascual. Y la heroica no se produjo. Es más, los que buscaban la machada fueron vapuleados por 22-10 por la pareja colorada, que sigue muy fuerte.