La apuesta que hizo el Gobierno de Gasteiz de aceptar la metodología de las ayudas de formación continua que se practica en Madrid a cambio de la llegada de poco más de 20 millones de financiación ha distorsionado el modelo tripartito que dio origen a la fundación Hobetuz. La decisión se adoptó por el Gobierno autonómico presidido por Juan José Ibarretxe y, en este caso, Patxi López mantiene ese sistema de reparto español.

Con el modelo vasco se primaba la formación impartida por centros homologados de formación profesional, con lo que el reparto económico a sindicatos y patronal quedaba reducido a un nivel marginal. El cambio de modelo sigue los parámetros establecidos con acuerdo del Gobierno español y las centrales de ámbito español, y se da vuelta a esos principios. Así, se destinan 6,14 millones a las empresas «para la financiación de acciones estratégicas formativas que se desarrollen por parte de las empresas»; otra partida de 1,2 millones se dirige a la realización de «estudios de análisis y detección de las necesidades que se desarrollen por parte de las empresas y que sirvan como base para la mejora de las competencias y cualificaciones de sus trabajadores, en aras a conseguir una mayor competitividad».

Salto cuantitativo

La tercera resolución, la de mayor volumen económico, se refiere a la formación continua de oferta dirigida a los trabajadores y delegados de prevención de las empresas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Se destinan 21,26 millones. Ha dado un salto importante respecto al sistema Hobetuz para primar a sindicatos y patronales.

La realidad es así, porque el modelo español permite que llegue a las patronales vascas SEA, Adegi y Cebek, incluyendo a la escisión de la Federación Vizcaina de Empresas del Metal (FVEM), 3,75 millones de los fondos públicos, además de otras cantidades de otras patronales, con lo que la partida rebasa con creces los 4 millones.

UGT logra 2,02 millones de la convocatoria de 2009, cantidad similar a la de CCOO de Euskadi, y USO suma 116.620,43 euros. Con el modelo tripartito de Hobetuz las centrales sindicales y las organizaciones patronales a penas conseguían financiación. Esa es una de las claves, a juicio de Josu Bilbao, responsable de LAB de Formación, de que se impulse ese modelo. Ocurre, según los datos de LAB, que sindicatos y patronales obtienen el 37,52% de la cantidad destinada a la formación continua de oferta, mientras que 143 centros de formación profesional no se llevan ni el 55% de las ayudas. Esta situación pone de manifiesto como en las últimas semanas ya se ha denunciado por parte de ELA y de LAB que las centrales del ámbito español buscan con este cambio de modelo una entrada de financiación extraordinaria y, por otro lado, la renuncia del Gobierno de Gasteiz a la competencia en formación. Los trabajadores vascos, por otro lado, pagaron en cuotas de formación a la Seguridad Social un total de 159 millones en 2008, que son los últimos datos disponibles, aunque se reduce a 124,24 millones si hacemos referencia a las cuotas recaudadas en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Es evidente que de la aportación de los trabajadores vascos mediante las cotizaciones sociales, que la mitad se dedican a formación continua, el Estado español reintegra menos de la mitad de esas cantidades para llevar adelante los procesos de formación continua.