Esta vez la participación en las consultas independentistas se quedó en un 21%, cifra inferior a la jornada del 13 de diciembre, cuando subió hasta el 27%. Pero los portavoces de la Coordinadora Nacional per les Consultes recordaban, al poco de hacerse pública esta cifra, que esta iniciativa se debe entender como un «único proceso» y no como una suma de «referéndums individuales».

Así pues, los partidarios de este proceso de consultas están satisfechos porque ya son 300.000 las personas que desde su puesta en marcha en Arenys de Munt han votado a favor de la independencia. Esta cifra significa el 25% del casi millón de personas que han tenido la oportunidad de depositar su voto. Todo esto en el marco de un proceso electoral que, no se debe olvidar, no ha contado con el apoyo de ninguna institución, a excepción de una quincena de ayuntamientos que han prestado sus sedes municipales para instalar las urnas. Y que, según el marco constitucional vigente, este proceso es ilegal.

Como no podía ser de otra manera, el «sí» arrasó en todos los colegios electorales constituidos para la ocasión, aunque esta vez los resultados, como sucedió con el nivel de participación, quedaron por debajo en la comparativa con el 13D: el 92% de papeletas emitidas se posicionó por el «sí» a la independencia, mientras que el «no» se situó en el 4,9% y los votos emitidos en blanco llegaron al 2,8% del total de las papeletas.

Si bien la media de participación se quedó en el 21%, más de la mitad de municipios superaron el 30% y en seis de ellos votó más de la mitad de sus habitantes censados. Fueron los pueblos más pequeños donde mayoritariamente se registraron los índices mas elevados de participación.

Costeros y turísticos

Por el contrario, donde se dieron los porcentajes más bajos de asistencia a los colegios electorales fue, en especial, en los municipios costeros ligados al turismo, que en esta ocasión segunda ola de consultar eran más que en diciembre. Entonces también los pocos municipios turísticos de la costa en los que se votó fueron algunos de los que registraron menor participación.

Esta circunstancia, el alto número de municipios ligados al turismo y con una población muy itinerante que han votado en esta ocasión, podría ser una de las razones que explica el descenso registrado en el nivel de participación.

Muchos de estos municipios tienen gran parte de su población establecida en urbanizaciones, donde es mucho mayor la dificultad para crear el tejido social necesario capaz de impulsar consultas que requieren gran implicación ciudadana para sacarlas adelante.

Más allá de esta interpretación, no hay duda de que la convocatoria de esta jornada realizada por una cantidad inferior de municipios, sumado al hecho de que ya no era una novedad, ha supuesto una menor repercusión que la lograda por la convocatoria del pasado 13 de diciembre.

Jordi Fàbrega, portavoz de la plataforma de electos por la autodeterminación Decidim.cat, valoraba para los medios que en los municipios donde había concejales o alcaldes de la plataforma el promedio de participación había sido más elevado.

Aunque un menor número de personas con derecho a voto (en diciembre eran 700.000, ahora 280.000) tampoco justifica el silencio de algunos medios catalanes, Los dos periódicos más leídos, «La Vanguardia» y «El Periódico», informaron muy poco o nada durante los días previos a la jornada electoral. También TV3, la televisión pública catalana, fue muy escueta en las noticias previas a la cita con las urnas, que se dieron con cuenta- gotas.

Por otro lado, los políticos españoles no caldearon el ambiente y animaron los días previos con declaraciones contra- rias al derecho que la población catalana tiene a decidir libremente su futuro. Y sus sucursales en Catalunya prefirieron, de igual modo, ignorar las consultas para no darles más eco.

Rencillas políticas

El desánimo que crearon las rencillas entre distintas caras públicas que coordinaron las consultas de diciembre al día siguiente de la votación pudiera ser otro de los elementos que explican esta menor participación de ayer. Entonces los votantes tenían ganas de ser los auténticos protagonistas en los informativos, pero los noticiarios del lunes al mediodía habrían con las acusaciones mutuas de unos y otros.

Así, a pesar de los gestos y del entendimiento que algunos personajes políticos han querido demostrar en los últimos meses, el mal sabor quedó en la boca de muchos, y puede haber echado atrás a más de uno de las urnas.

El anuncio que el presidente del Barça, Joan Laporta, hará hoy lunes sobre su futuro electoral podría volver a empañar una jornada que los miles de voluntarios que hicieron posible la jornada de ayer esperan dedicarla a festejar el nuevo paso hacia la autodeterminación que para ellos representan estos referendos.

Sólo los independentistas

En esta ocasión, Convergència ha mantenido una actitud aún más templada frente a la celebración de las consultas. Si antes de Arenys de Munt y del 13D el mismo Artur Mas aseguró que si tuviera la oportunidad introduciría en la urna una papeleta afirmativa, esta vez ha evitado pronunciarse. Quien sí lo hacía ayer por la noche fue el diputado Josep Rull, que evitaba de nuevo poner en una posición comprometida a su partido al explicar que CDC apoya las consultas, pero no las impulsa, porque ésa «no es la vía» de esta formación.

Mucho más claro se mostraba, obviamente, Joan Puigcercós, el líder de ERC, para quien «las consultas son la expresión positiva de la ciudadanía», y añadía que «no son una reacción contra nada».

Puigcercós, que se mostró satisfecho, interpretaba que con jornadas como la celebrada ayer «el país está dando pasos de gigante para conseguir que algún día sus ciudadanos puedan decir que quieren un Estado propio».

Àlex Maymó, concejal de la CUP en Molins de Rei, uno de los municipios donde ayer se podía votar, consideró que las consultas independentistas, a pesar de que no tienen resultados inmediatos, «son muy importantes de cara a movilizar a muchas personas que con los años se habían ido desmovilizando, y también para implicar gente que políticamente no era activa».

El reto, para Àlex Maymó, será mantener a partir de ahora a estas personas activas políticamente.

Y el también independentista Joan Carretero, de la nueva formación Reagrupament, estimó que «las consultas son un acto de pedagogía para que la ciudadanía relacione democracia con independencia».