Alpinismo En busca de los 14 ochomiles
Pasaban, a la conquista del Shisha y el Annapurna
Asier Izagirre, Álex Txikon, Ferrán Latorre y Pablo Díaz forman la expedición que parte mañana hacia el Tíbet.
GARA | MADRID
Si alguien sabe más que nadie que la montaña entraña mil y un peligros, ésa es la alpinista tolosarra Edurne Pasaban, que mañana partirá hacia el Tíbet para intentar conquistar uno de sus mayores retos como deportista: ascender el Shisha Pangma (8.046 m.) y el Annapurna (8.091 m.), las dos montañas que le faltan para completar los 14 ochomiles del planeta.
El camino no ha sido nada fácil. Después de pasar por congelaciones en sus pies, entre otros problemas, hablar de Shisha y Annapurna puede producir escalofríos en la piel de la guipuzcoana, pero ocurre todo lo contrario. A la tolosarra no le falta motivación y se llevará «la mochila cargada de ilusión», según señaló ayer junto a su expedición, formada por Asier Izagirre, Ferrán Latorre, Álex Txikon y el médico Pablo Díaz.
Edurne Pasaban explicaba de esta manera el reto: «Nos vamos a dar la oportunidad de conquistar los dos ochomiles que nos faltan. Salimos en marzo para hacer el Shisha Pangma lo antes posible y afrontar el Annapurna a primeros de abril. Hará mucho frío, porque aún es invierno, y al principio habrá algún problema porque los chinos han cerrado la frontera con Tíbet hasta el día 16».
El objetivo será más bien complicado. El Shisha Pangma ya se le ha resistido cuatro veces y el Annapurna una. Ve esta segunda como la más difícil porque «es una montaña rota, muy peligrosa, donde las avalanchas son constantes, que es lo que la diferencia de las demás montañas. Sales intranquilo y vuelves intranquilo, siempre sientes el peligro, por eso muchos no van».
Sabedora de que si no se arriesga no se logra el objetivo, admitió que «voy porque quiero terminar los 14 ochomiles, si no, no iría». Aunque quiso dejar bien claro que «el jueves cuando nos despidamos pensaremos en volver, y el objetivo principal es volver todos juntos en junio».
Morbo añadido
En el Annapurna, precisamente, podría coincidir con su rival por ser la primera mujer en completar los 14 ochomiles de la tierra, la surcoreana Oh Eun Sun, a quien únicamente le falta esa cima para finalizar el reto. Pasaban no se obsesiona con ser la primera y señaló lo siguiente: «Nos vamos a encontrar en el campo base y las dos subiremos por la cara norte. Creo que ella irá en abril, pero se sabe poco de ella y yo creo que adelantará la expedición. También vamos a coincidir allí con 3 ó 4 expediciones coreanas».
En este duelo, son varios los rumores que ponen en duda la validez de alguna de las cumbres alcanzadas por Oh.
Ferrán Latorre, el alpinista más experimentado de la expedición, puso el ejemplo del Kangchenjunga: «Aquel día hizo un tiempo horroroso y dijo que había hecho cumbre. Yo la felicité, pero luego vimos una foto publicada que no era de la cumbre. Además iba con tres sherpas con cámaras fotográficas. En la era digital es difícil pensar que no haya una foto que demuestre la conquista de la cumbre. Hay que creerla, pero me queda la duda».
Al margen del debate, a sus 37 años de edad, Edurne Pasaban tiene un asunto pendiente con las dos cimas y con ella misma. Si esta vez el tiempo se lo permite, la alpinista tolosarra podría volver a casa con los tan ansiados 14 ochomiles.
Edurne Pasaban explicó la preparación realizada: «Hemos hecho entrenamientos de 4 horas diarias, con un gran trabajo aeróbico con la bici y la carrera a pie, mucho gimnasio y concentraciones en los Pirineos haciendo esquí de montaña».
En caso de no ser la primera alpinista en lograr los 14 ochomiles, Pasaban podría pasar a la historia por coronar las principales cimas del Himalaya sin oxígeno, para lo que tendría que volver al Everest, la montaña más alta del planeta.