Estamos de nuevo a las puertas del 8 de marzo. Una nueva jornada del día Internacional de la Mujer Trabajadora colapsará los noticiarios y los reporteros dedicarán el día hacer preguntas estúpidas con las que llenar los telediarios. Y ya son cien jornadas igual.

El origen de este día se encuentra en la II Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas celebrada en Copenhague, en 1910. Clara Zetkin propuso entonces la resolución que estableció oficialmente el Día Internacional de las Mujeres.

Un siglo de trabajo y reivindicación que, pese a que ha dado sus frutos, tiene por delante un largo camino por recorrer, porque las mujeres aún tienen cientos de razones por las que seguir en marcha. La precariedad tiene rostro de mujer, y más aún en estos tiempos de crisis económica. El paro afecta con más crueldad a la mujer y la brecha salarial entre hombres y mujeres en un puesto similar va en franco aumento. Algo que no parece preocupar demasiado a las instituciones, y menos aún al circo de notables de Patxi López, que además de dar cobijo a personas que no saben qué es apretarse el cinturón, la voz de la mujer es testimonial, con tres representantes.

La violencia contra las mujeres ya se ha llevado la vida de tres vascas en los que llevamos de año y Nora sigue aún sin dar señales de vida. Los abusos, las violaciones y las vejaciones colman los periódicos a diario y no hay consejo asesor que se ocupe de ello.

Los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres no están garantizados y, aunque a muchos se les llene la boca de buenas intenciones con la Ley del Aborto, esta práctica sigue estando tipificada en el Código Penal.

Estas son las razones por las que miles de mujeres del mundo han decidido ponerse en marcha, y en Euskal Herria no vamos a ser menos, del 8 al 13 de marzo la Marcha Mundial de Mujeres recorrerá nuestra geografía porque hay mucho que celebrar y más que reivindicar.