En la habitación del pánico te espera el sucio veneno de Las Culebras
Hace un par de años, si se escribía en Google «Las Culebras», aparecían sólo páginas sobre ofidios; de las chicas de Iruñea, nada de nada. Si hoy se teclea lo mismo, la primera coincidencia del buscador se la llevan las cuatro rockeras, dueñas ya de su segundo álbum, «Marvellous»
Pablo CABEZA | BILBO
Las Culebras empezaron a rockanrolear sin tener ni idea de tocar un instrumento, pero el veneno lo llevaban tan incrustado en las encías que resultaba más para uso propio que ajeno, de tal forma que en unos meses la ponzoña ya había conseguido su efecto: infección rockera extrema. Llegó el tú y yo y el yo y tú. Después el nombre, al poco los primeros instrumentos. Sin opción ni para cambiar de piel, estaban ya con los acordes y con eso de los punteos y qué guapo esto del poder de los mástiles fálicos.
En dos años habían recorrido lo que otros músicos tardan seis. Y en cinco ya tienen dos discos, innumerables conciertos, personalidad y arte con sus instrumentos. «Marvellous» lo demuestra, donde reptan con un desenfado rock que asombra, en especial si se tiene en cuenta que en el rock and roll existen muchos prejuicios con los grupos de chicas, además de dificultades propias de la Edad Media. Así estamos, pero así no están ellas porque «Marvellous» se encuentra a la altura de las producciones internacionales rockeras, pero, claro, con presupuesto de aquí.
«Marvellous» continúa con el rock and roll duro y desesperado de sus álbum debút. La tralla y la potencia no se han estilizado, pero sí las voces, donde Culebras han pegado un brinco evidente. «Bueno, por un lado, el hecho de ser nuestro segundo disco nos obligaba a superar el primero en muchos sentidos, cosa que también iba a pasar sin querer, o por narices, como quieras, pero también es verdad que el hecho de que Carmen (batería que no se encontraba en el disco debut) esté en la banda nos ha ayudado mucho puesto que es tener una voz más con la que jugar. También es verdad que muchas cosas surgen durante la grabación, siempre surgen cosas cuando más en ebullición están las canciones», concreta Olaia. «Sí hemos sido conscientes, hemos buscado explotar nuestras voces, y todavía nos queda un largo camino en éste sentido. Hay que aprender mucho y conocer muy bien todas las posibilidades de cada voz para poder trabajar mejor», matiza Kris.
En «Marvellous» se mezcla el viejo sonido del rock de los setenta, el ambiente a pecho descubierto del rock de Detroit, el pun-rock de Nueva York, el sonido de chicas como Runaways, el toque glam, el sleeze y el sonido escandinavo, al fin y al cabo tomado de las mismas fuentes.
El disco es homogéneo, pero más abierto que el debut. Se puede conectar con el pasado con «Rock room», por ejemplo, pero contiene tres maravillas que van más lejos del ayer y lo esperado. El primer lingote se llama «Drink with you», repleta de luz, fiesta, arreglos vocales y pegada. Valdría para echarse una ola bajo la tabla. Le sigue «Marvellous», extraordinaria composición con un ambiente diferente a todo lo conocido de Culebras, un corte excepcional. «La historia de `Marvellous', ha sido un poco diferente a todos los temas que he compuesto. Me costaba más que otras veces plasmar lo que tenía dentro, era una época que escuchaba orquestaciones en mi cabeza antes de dormir gracias a los porros... jajaja. En cierto modo, le tenía respeto, y llegué a pensar que no la podría transmitir al resto del grupo, pero me equivocaba: les pasé una maqueta, se la estudiaron y la empezamos a tocar en el local, hasta que la tuvimos», recuerda Kris.
«Fall to the river» es el siguiente tesoro. Ritmos medios muy en el tono del rock escandinavo y australiano. Es adictiva, Más de un profesional la desearía para su repertorio internacional, pero en la historia ya está escrito: es navarra, de casa. Sin obviar, «Psicodelic picnic».
Hay más, mucho más. Y sólo la mala suerte o las casualidades pueden conseguir que ningún sello internacional se interese por «Marvellous».
Curioso que de las tres canciones que más destacan -«Fall to the river», «Marvellous» y «Drink with you»- sólo la primera contaba con todas las opciones para incluirse en el disco. Las otras dos quedaban en la reserva.
Las Culebras, como casi todos en la escena musical, deben tomarse el grupo como un proyecto paralelo a sus vidas. Algo así como primero el trabajo y después las ilusiones. Aunque sueñan rock todas las horas del día.
Bilbo: Hoy, en El Blacón de la Lola junto con Maha. 21.00 h.
Gasteiz: Sábado 6, HellDorado Club, junto con Las Gildas y Turboneskak. 20.00. h
Disco: Se vende en los conciertos y web. Oficialmente en tiendas a partir del 22 de marzo. Bajo distribución de Pías.
Las británicas Girlschool, a las que tantas veces vimos de chiquillas por Lakuntza en los ochenta, regresaron el año pasado a Euskal Herria, en esa ocasión para tocar en el gran HellDorado. Girlschool eligieron a Las Culebras como invitadas, previa audición. Así recuerda Olaia la experiencia: «Aprendimos muchísimo de ellas: cómo llegar a los 50 años con los valores intactos y más rock en las venas que sangre. Constancia y un aguante para las farras que ya nos gustaría. Y también, que puedes estar dos días de conciertos y viajando sin cambiarte de camiseta y que no por ello se hunde el mundo. En definitiva, nos parecieron unas tías de vuelta de muchas cosas y con más cojones que chorradas o simpleces. Vamos, nada que ver con lo que nos rodea. ¡Y sólo ha pasado un año!».
«Somos `hermanas', seguimos teniendo contacto con ellas, y planeamos ir a visitarlas a Londres -apunta Kris-. Aunque resulta extraño, para ellas fue muy especial, casi más que para nosotras. Recuerdo cuando querían hacerse fotos conmigo porque les recordaba a su ex guitarrista Kelly Johnson, fallecida tras luchar durante años contra un cáncer. !Joder! Tengo grabada la mirada de Dennise riéndose y abrazándome. Fue algo muy íntimo y cercano; ellas eran así, muy sencillas y con el alma intacta, rockeras hasta la médula». Cabe imaginar que las veteranas Girlschool vieran en Las Culebras a las chicas que ellas fueron y que tuvieron que abrirse camino en un mercado duro y dominado por los machitos. Por fortuna, contaron con la ayuda de Lemmy Motorhead y todo fue un poquito más fácil.
Cabe recordar, finalmente, que el concierto cuenta con la participación de Las Gildas y Turboneskak. Ambas formaciones con chicas al frente y nacidas en Gasteiz para colocarse al lado del rock and roll. Las más jóvenes de la noche son Turboneskak, que andan entre los 17 y 19 años.P. C.