La decisión adoptada por la editorial marianista PPC -del Grupo SM- de retirar del mercado ``Jesús, aproximación histórica'' sigue cosechando reproches. El último, la carta abierta de 252 sacerdotes guipuzcoanos a su autor, el teólogo José Antonio Pagola, en la que se solidarizan con él. Califican de «injustas» las reacciones de sectores conservadores de la Iglesia católica al trabajo y les acusan de llegar hasta el «maltrato psicológico».

«Nos duele el proceso mediático al que has sido sometido por parte precisamente de quienes hubieran debido preocuparse y ocuparse de tu bienestar personal», confiesan los curas al ex vicario general de Donostia. Por cierto, desde foros ultraconservadores de la Iglesia española se arremetió ya ayer contra esta iniciativa de los religiosos.

Los sacerdotes denuncian «el juego poco transparente que parece esconderse detrás de todo el proceso de reacciones» contra su obra y, en especial, censuran que «se oculte la instancia que ha dictaminado o presionado sobre la editorial PPC» para que retire la obra de las librerías de temática religiosa

«¿De dónde ha partido esta orden?, ¿quiénes están tras ella?, ¿por qué afecta sólo a una editorial?», se preguntan los 252 curas, quienes consideran que «parece difícil pensar que sea una decisión de la propia editorial respecto a un libro que se ha vendido y se seguía vendiendo extraordinariamente bien»; con 60.000 ejemplares vendidos y nueve ediciones en el mercado.

A juicio de esta amplia representación del clero de Gipuzkoa, aclarar estos puntos resulta «necesario y decisivo» para superar su «profundo malestar» y «mejorar una maltrecha credibilidad de algunos sectores de la Conferencia Episcopal Española». Además, la carta alaba la «entrega» y la labor de Pagola como profesor de muchos de los sacerdotes firmantes, al tiempo que recuerda a otros teólogos docentes que «también han sido perseguidos», como el franciscano Joxe Arregi.

Del mismo modo, manifiestan su adhesión al obispo emérito de Donostia Juan María Uriarte, por defender a Pagola «en muchas ocasiones contra las reacciones citadas e investigó escrupulosamente el contenido» de la obra, «solicitando la colaboración de obispos y teólogos, para conceder el nihil obstat» a la publicación.

Este pronunciamiento se suma a voces de gran peso específico en la diócesis donostiarra como el también ex vicario general Félix Azurmendi, que denunció en un artículo de opinión que se «han movilizado, sin escrúpulos, todos los resortes del poder eclesiástico para hacer desaparecer el libro», en referencia a «los sectores más conservadores de la Iglesia».

«El libro puede gustar o no. Es criticable. Pero que el libro atente en algo contra la fe y sea, por tanto, retirado es un salto cualitativo. Desde mi punto de vista -confiesa Azurmendi- es un exceso que alguien o algunos están queriendo imponer en un ejercicio de poder ilegítimo».