La Real dio un gran paso en el camino hacia su ascenso al eliminar a un rival directo, que queda a once puntos y el average a falta de quince jornadas tras un fin de semana positivo. El blanquiazul fue el único equipo de los cinco primeros que ganó y eso deja un panorama muy esperanzador tras un partido que respondió a lo que se esperaba, con pocas ocasiones de gol y que se decidió a balón parado.

Carlos Martínez y Xabi Prieto se bastaron para fabricar entre los dos los goles iniciados en sendos saques de banda en la derecha que encontraron remate desde la izquierda por mediación de Griezmann y De la Bella. La Real no fue capaz de crear una ocasión clara en juego en todo el partido, las otras dos jugadas de peligro llegaron en remates de Ansotegi y Aranburu tras faltas botadas por Elustondo. Pero la solidez defensiva y la falta de pegada del Numancia, que dominó el juego en muchas fases del partido, sobre todo en el primer tiempo, bastaron para superar el gol soriano que llegó, como no podía ser de otra forma, en un corner.

Es el camino que ha llevado a la Real a ganar la mayoría de sus partidos. Lasarte ha edificado un equipo de atrás hacia adelante con dos medios centros defensivos y un media punta que es un pivote, y cuando se tiene por detrás al mejor portero de la categoría y a tres de los mejores centrales, basta con aprovechar los chispazos que siempre van a llegar en Anoeta con los jugadores de la calidad que tiene la Real en ataque.

Xabi Prieto volvió a una alineación titular tras seis jornadas de ausencia y no entró mucho en juego, pero participó en los dos goles con la ayuda de un Carlos Martínez que cada día va a más. Es muy importante tener a un lateral de su envergadura para defender y atacar las jugadas de estrategia y de su portento físico para subir la banda en tantas ocasiones. Pero en los últimos partidos juega con mil revoluciones menos y eso le lleva a tomar decisiones más acertadas. El de ayer fue el segundo gol tras un centro suyo con su pierna mala y eso demuestra que tiene más calidad de lo que aparentaba cuando jugaba revolucionado. Combinó bien con Xabi Prieto en los dos goles. En el primero apareció la calidad Griezmann, que ganó la posición a la perfección a un Del Pino que estuvo muy mal en los dos goles y empalmó un balón difícil con su pierna menos buena. En el segundo De la Bella encontró el premio a su mejoría y la colaboración de Eduardo.

 Dominio soriano sin peligro

Con esas dos jugadas aisladas y la mejor sensación que trasmitió el equipo en el segundo tiempo, Anoeta vivió una tarde feliz, aunque de entrada resultó complicada. El Numancia entró mejor en el partido. Acaparó la posesión de balón y dominó el centro del campo al aprovechar las grandes distancias que se abrían entre Rivas, Elustondo y Aranburu. El primero retrasó su posición aún más de lo normal para ayudar a los centrales en la defensa de los dos delanteros centros que utilizó de manera sorpresiva Arkonada, y el azpeitiarra y el beasaindarra jugaban a la misma altura emparejados con los dos pivotes sorianos.

Rivas destacó en la faceta defensiva, pero la mayoría de los balones que recuperaba los perdía o los enviaba atrás, con lo que la Real no tenía más salida de balón que los envíos largos de sus centrales y su portero. Así se perdía el esférico rápido y el Numancia lo movía bien, pero cuando llegaba a los últimos veinte metros lanzaba disparos que no tenían mayor peligro.

En los primeros 25 minutos se pudieron contabilizar media docena de remates visitantes, pero el peligroso fue el único de Ansotegi para la Real, que no había hecho méritos para adelantarse cuando lo logró por mediación de Griezmann. La justicia llegó en una jugada en la que el Numancia pudo rematar hasta tres veces a la salida de un corner.

Hubo fases del segundo tiempo en las que se repitió la misma dinámica, pero la Real mejoró tras el descanso cuando dejó de pensar tanto en el rival y más en sí mismo. Así, Elustondo jugó más retrasado y con un pase de los que debe dar con más frecuencia inició la jugada en la que Prieto forzó el saque de banda que originó el 2-1.

A partir de ahí, la Real agradeció el paso de Aranburu al doble pivote, y sobre todo la entrada de Zurutuza para combinar mejor, aunque faltó mayor capacidad para sentenciar y evitar los apuros del final. Aunque la verdad es que el Numancia se mostró tan inocente en el área que Bravo sólo estuvo apurado en un centro chut de Javier Flaño.