Hay quien nace con estrella y quien nace estrellado; hay quien asume riesgos para no aburrirse y hay quien vive sobre el alambre porque si no, no podría llegar a fin de mes. Es el sino de cada cual, que cada uno afronta con naturalidad y de cara, con las experiencias vividas y las características propias para poder salir del paso de la mejor manera posible. Sin ir más lejos, el destino de Lagun Aro GBC es sufrir hasta final de temporada, jugársela a cara o cruz en los partidos que restan y esperar que sus rivales directos tropiecen en más ocasiones. El resultado será incierto, pero lo que es diversión y entretenimiento no va a faltar por el Donostia 2016 Arena.

El conjunto de Pablo Laso eligió darse una vuelta por el lado salvaje como destino después de devolver la vida a un Obradoiro que rompía una racha de ocho derrotas. El conjunto de Curro Segura, que entre lesionados y tocados sólo empleó a ocho efectivos, sacó adelante su trascendental partido gracias a la labor del alero griego Kostas Vasileiadis, MVP de la jornada tras conseguir una valoración de 35. Y es que no hubo nadie capaz de detener al heleno: 27 puntos, 6 rebotes y 4 robos de balón en 33 minutos de juego. A Vasileiadis se le sumó la buena aportación de Bulfoni, Massey y Alfonso Sánchez, amén de un juego más compacto que el exhibido por los donostiarras, en el que Panko sólo contó con la ayuda de Uriz y Barbour.

Sin poder devolver el golpe

El encuentro fue un constante intercambio de golpes que se decantó a favor de los locales porque les iba la vida en la victoria. Cada vez que los de Laso lograban un parcial favorable, los gallegos respondían con otro mayor, logrando irse con ventaja al descanso: 46-42.

Las alternativas defensivas -más por la sorpresa que por la eficacia- dieron a Lagun Aro GBC su última ventaja, 50-51. Pero un «dos más uno» de Alfonso Sánchez, junto con lo acertados que se encontraron Bulfoni y el recién incorporado Bailey, llevaron el partido al último período con diez abajo: 68-58.

Lagun Aro GBC apretó y con un triple de Lorbek puso el marcador en un puño: 70-67. No obstante, entre Massey y Vasileiadis aseguraron el triunfo gallego desde la línea de tiros libres. ¡A sufrir tocan!