GONZALEZ-LASKURAIN 10

XALA-ZUBIETA 22

Por la vía rápida. Sin contemplaciones, ni miramientos y cogiendo el primer atajo que se les puso en el punto de mira. Xala y Zubieta sellaron ayer en Eibar su pase a la gran final del Campeonato de Parejas 2010 gracias a un juego más fresco, pero también en parte por todos los errores que acumularon Gonzalez y Laskurain.

Además, esta victoria que mete al de Lekuine y al de Etxarri en la final tiene una consecuencia directa que concierne al resto de parejas semifinalistas. Y es que Irujo y Beroiz ya han quedado matemáticamente sin ninguna opción de entrar en la final, lo que significa que el partido del domingo en el Adarraga, en el que se enfrentarán Titin-Pascual y Gonzalez-Laskurain repartirá el segundo billete para la final en liza.

La ansiedad no suele ser una buena compañera de viaje, y siempre deja sus actuaciones estelares para los momentos más vitales. Esa ansiedad suele aflorar en dos vertientes bien diferenciadas; puede aparecer como una actividad neurológica brutal, capaz de sacar lo mejor de uno mismo, o en forma de precipitaciones continuas que llevan a la perdición. Este segundo caso resumió a la perfección el partido de ayer de Gonzalez y Laskurain.

Xala y Zubieta quisieron dejar pocas cosas a la improvisación y desde el primer minuto dejaron claras sus intenciones. Sin embargo, fueron los continuos errores de Gonzalez los que decantaron la balanza del lado de los azules (2-6). Poco a poco, Laskurain entró en partido y quitó a Zubieta el mando del partido. El de Soraluze tuvo ayer una actuación realmente extraña, ya que fue una mole en el peloteo, pero cometía errores puntuales que oscurecían su buena actuación general. Los colorados volvieron a soplar su aliento en el cogote de Zubieta y Xala, que pasaban entonces por su punto más débil del encuentro (9-12).

Pero entonces Xala desenfundó el hacha de guerra. El de Lekuine esperó agazapado gran parte del partido. Se escondió, relegando el protagonismo al resto de pelotaris. Esperó su momento pacientemente, y cuando vio que había llegado el momento, decidió obsequiar a los presentes con un alarde de explosividad genial.

Confirmando aquel conocido eslogan que decía que la potencia sin control no sirve de nada, realizó una exhibición de fuerza contenida. Midió cada centímetro del frontón, y repartió mandobles buscando las cosquillas a Gonzalez, primero, y acosando a Laskurain en el rebote, después. Zubieta se unió a la fiesta, y volvió a mostrar su versión más hermética; pocos riesgos y mucha seguridad.

«Es un lujo»

La felicidad inundaba los rostros de los flamantes finalistas, aunque lo hacía con más brillo en la tez de uno de ellos. Y es que Aitor Zubieta, en su primera participación como zaguero titular en el Parejas, se ha hecho con el billete de la final. «La verdad que es un lujo. Hemos creído desde el inicio en nuestro juego, y a pesar de que he tenido algún problema los últimos días, estamos ahí», comentaba el de Etxarri. Xala también acabó con algún dolor en su mano, pero no tendrá «ningún problema» para enfrentarse a Irujo-Beroiz la próxima semana.