Raimundo Fitero
Forma y fondo
Un dirigente del Partidos Socialista de Catalunya lanzó una serie de descalificaciones contra la directora de la TVC, Mònica Terribas, a raíz de una entrevista que esta periodista le hizo al actual molt honorable President, José Montilla. La llamó, entre otras lindezas intelectuales, «mal follada», que es una de las formas más vergonzantes de la profundidad del pensamiento machista que en esta ocasión transplantado a una circunstancia muy concreta nos coloca ante la impudicia, la desvergüenza, la falta de dignidad política y el uso de su cargo para la defensa barriobajera de una sensación muy concreta: la manera en la que la periodista realizó la entrevista a un supuesto jefe.
Es decir, la entrevistadora preguntó en conciencia, con plena libertad, en un estilo que ha sido aplaudido durante años en la misma cadena, pero que al aplicarse al señor Montilla, al jefe, para entendernos, algunos de los acólitos del propio jefe han salido a defenderlo. Es decir han salido a intentar neutralizar la falta de respuestas adecuadas, de que en la cadena institucional, una periodista, además con alto cargo, se atreva a poner en situación comprometida al President. La han causado de agresiva, de encerrona, de muchas cosas de esas que aparecen cuando alguien hace simplemente bien su trabajo. Preguntar no es ofender, y si hay una pregunta que solicita respuesta sobre asuntos delicados, es lo lógico, lo saludable social y periodísticamente. Pero no, lo que aquí se intenta es neutralizar todas las probabilidades de ejercer la profesión en libertad, con estilo, llegando al fondo y con formas que van siempre de acuerdo con la personalidad y el estilo de cada cual.
Estaba pensando ahora mismo en el pasteleo que le hicieron a ZP en TVE hace unos pocos días. Lo sucedido en la televisión catalana, fue lo ideal. Respeto, mucho respeto institucional, pero no solamente al entrevistado, sino también a la audiencia que es al fin y al cabo, quien paga con sus impuestos. Esto debería ser la norma, lo innegociable. Pues no, lo que se ha logrado es crear preguntadores de guiones pactados. Mònica Terribas tiene el aplauso de la audiencia y de la profesión. Y al machista socialista le queda la dimisión. O el cese.