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Una encuesta corrobora que el maltrato intragénero «no se ve»

«Cuando mi pareja me escupió en la cara fue cuando supe que había llegado demasiado lejos, y rompí la relación». Nadie duda de que hablamos de violencia de género. Pero en este caso, el maltrato se ha producido en una pareja de lesbianas. Los resultados de una encuesta llevada a cabo por el centro bilbaíno Aldarte no hacen sino confirmar la poca relevancia social de la llamada violencia intragénero.
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Joseba VIVANCO |

El maltrato en el seno de la pareja no entiende de orientaciones sexuales. El centro vizcaino de atención a gays, lesbianas y transexuales Aldarte inició hace dos años la campaña «Ver, evaluar, actuar», centrada en la llamada violencia intragénero. La encuesta llevada a cabo a finales del año pasado para conocer la incidencia de este tipo de violencia tiene ya sus primeros resultados. Uno de ellos, que la gran mayoría reacciona frente a ese maltrato; el pero es que la mayoría, igualmente, optó por medidas más privadas que públicas, «lo que refleja la invisibilidad y vergüenza que puede provocar sufrirlo, y la falta de recursos sociales para estas víctimas».

La encuesta es la primera a nivel del Estado español que aporta datos sobre esta materia. En total, fueron 110 las personas que respondieron al cuestionario vía Internet. «Estamos convencidas de que no les ha resultado nada fácil hablar de ello y por eso damos mucho valor a esas respuestas», subrayan a GARA desde Aldarte. Es el primer acercamiento estadístico a una realidad sobre la que, insisten, «no crea alarma ni tiene relevancia social debido a las circunstancias que la rodean, y que impiden una visión real de la dimensión del problema».

Éste ha sido un primer paso que ha desvelado algunas claves de interés. Por un lado las estadísticas. Un 60% de quienes participaron en la encuesta reconocieron haber sido o ser víctimas de maltrato. Una cifra a aclarar. «La encuesta estaba dirigida a aquellas personas que estuvieran en esa situación. No era para que contestase toda persona gay o lesbiana», acotan.

Sí es más clarificador que 55 personas de quienes declaraban haber sufrido esa violencia, conocían a su vez a gente en la misma situación. «Nos da a entender que la violencia intragénero es bastante conocida para el colectivo lesgay, aunque no se verbalice», indican desde este centro de atención.

Hay otras conclusiones. Una, positiva, es que el 90% de esas víctimas declaraba haber tomado alguna medida. La mayoría de ellas decidió romper esa relación y cualquier vínculo de unión, algo más habitual entre el colectivo soltero. «Nos alegra enormemente este dato, pero mucho nos tememos que la cuestión no va por esa vía, ya que los comentarios realizados por estas personas nos indican de que a la vez necesitaron de muchos apoyos afectivos externos, de muchas sesiones de terapia sicológica y de alejamientos espaciales y físicos de su maltratador o maltratadora. Esto significa que las personas que sufren esta violencia necesitan de recursos públicos, que a día de hoy no existen, para afrontar su situación», valoran en Aldarte.

Al hilo de lo anterior hay también números menos positivos, como que sólo una de cada diez de esas personas interpuso una denuncia y un porcentaje sólo un poco más alto acudió a alguna asociación o a los servicios sociales, sobre todos las parejas casadas.

Más amenazas que agresiones

Una conclusión más, a juicio de este centro, es que «no se puede confirmar la existencia de un factor determinante que incremente las posibilidades de sufrir violencia intragénero». Ni sexo, edad, nivel de estudios... Sí se detectan, no obstante, unos colectivos más vulnerables que otros.

Por ejemplo, entre las mujeres se aprecia una mayor presencia de amenazas verbales y aislamiento social; entre los jóvenes hay una violencia más directa; y entre los mayores de 30 años, un tipo de violencia más sicológica, como la del aislamiento social y el control. Sí parece que en la violencia intragénero, las agresiones físicas son las menos habituales, siendo la amenaza verbal la más recurrente.

las amistades

El apoyo señalado en primer lugar por las personas que respondieron a la encuesta, fueron las amistades. A éstas se recurre para comentar la situación y compartir la experiencia. Y en segundo lugar, a la familia.

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