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Mucho más que una reforma legal

Lo que estaba en juego en la votación realizada el domingo en la Cámara de Representantes de EEUU era mucho más que una simple reforma legal. El proyecto impulsado por Barack Obama para que 30 millones de ciudadanas y ciudadanos estadounidenses puedan acceder a un seguro médico plantea un profundo cambio de modelo social y económico. No se trata de cumplir una promesa electoral, sino de hacer realidad lo que hasta hace poco no era más que un sueño inalcanzable para un diez por ciento de la ciudadanía de EEUU.

El modelo vigente hasta ahora en aquel país dejaba la cobertura social de la salud en manos de unas corporaciones privadas que no buscan más que aumentar sus beneficios a costa de no asegurar a quienes menos ingresos tienen y, paradojas del sistema, pueden ser más «proclives» a enfermar. Y hay que destacar que muchas de esas decenas de millones de personas no viven en la indigencia, sino que se levantan todos los días para acudir al puesto de trabajo -muchos de ellos son pluriempleados- y quizás lleguen a obtener un sueldo digno. Personas y familias que, si tienen que hacer frente a una operación quirúrgica «imprevista» o a un tratamiento «caro», suelen acabar en la quiebra y, de ahí, pasar a engrosar el ejército de «sin techos» que deambulan por las grandes ciudades.

El plan de Obama no cambiará de raíz el sistema, pero supone un profundo cambio que puede tener consecuencias radicales en la sociedad estadounidense. Las aseguradoras privadas seguirán controlando el «mercado sanitario», pero estarán obligadas a contratar a quienes llamen a su puerta reclamando cobertura médica. El Estado será el garante de quienes no puedan pagar el seguro, por lo que dedicará parte de sus ingresos a esta tarea. Esto es lo que enfada especialmente a los conservadores, partidarios de que el Gobierno sólo subvencione a las grandes corporaciones -como ha ocurrido recientemente con las financieras o las automovilísticas-. Y también crea muchas dudas en buena parte de los líderes del Partido Demócrata, pero Obama también ha logrado que éstos respeten su liderazgo.

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