La verdad es que si quería que se hablara de él, Jaime Mayor Oreja lo ha bordado. Ayer no hubo periodista que se preciara que no dijera algo al respecto. Para aplaudirle, insultarle o relativizar todo. Algunos de los periodista que otrora fueron primeros espadas y ahora cabalgan de escuderos no dejaron pasar su oportunidad.

German Yanke en «Estrella Digital» se mostraba crítico con el ex ministro de Interior porque «sus sospechas, si es que son tales, resultan, sin otros datos, un insulto a la inteligencia y a los modos exigibles en el debate político».

Sin embargo, en el mismo medio, Chelo Aparicio bajaba el pistón: «se podrá decir que las palabras de Mayor son inoportunas, exageradas o que no responden a la realidad. Pero no hay lugar para el escándalo».

El que se subía por las paredes era Carlos Carnicero en «El Plural». No se lo pierdan: La afirmación de que José Luis Rodríguez Zapatero y ETA son aliados potenciales «porque ambos quieren destruir y debilitar a España es la más ruin declaración en un universo político que ha conocido muchas tropelías». A partir de ahí no se cortaba un pelo: «Mayor Oreja no tiene catadura intelectual ni moral». Y por si fuera poco: «Si el PP fuera un partido democrático y coherente no sólo desautorizaría a Mayor Oreja sino que le incoaría un expediente de expulsión». Jopelas ¡cómo se ha puesto!

Pedro de Hoyos en «Periodista Digital» también le daba lo suyo: «Mayor Oreja ha quedado desprestigiado, dañando a todo el partido, dando una imagen de extremismo de la que conviene huir». Está claro que aquí lo que importa no es el debate ético sino el cálculo político o, sencillamente, el electoral.

Y a modo de conclusión, Hermann Tertstch, el que quiso que confundiéramos una reyerta en un local de mala reputación con un atentado, se lanzaba cuesta abajo hasta rozar la apología del GAL. Se cree a pies juntillas lo que dice Mayor porque «la depravación moral que bajo Zapatero iniciaron los socialistas nada tiene que ver con la miseria encauzada por Felipe González. Es peor porque tiene menos inteligencia. Matar es casi menos malo al final que engañar siempre». Si no es apología se le parece, ¿verdad?