Cuando a los frailes pedófilos que nos educaron no les gustaba algo de lo que pensábamos, solían decirnos que teníamos ideas de bombero. No entendíamos bien por qué, pero era evidente que la expresión era despectiva, y que atribuían a los miembros de tan digna como filantrópica profesión una injusta etiqueta de gilipollas.

A las pocas horas del enfrentamiento armado ente supuestos militantes de ETA y policías franceses, que costó la vida a uno de estos, todos los medios de comunicación se apresuraron a publicar unas imágenes grabadas en un supermercado en las que, según decían, se veía al comando en pleno comprando unas «birras» en el hiper. Ciertamente era sorprendente esta actuación de víspera, pero los mensajes eran contundentes: habían identificado al jefe «actual nº 1 de la banda, y uno de los mas sanguinarios», pese a que se había rapado la cabeza. Era el que daba las ordenes sobre a qué estanterías debían dirigirse sus hombres. Llevaban bandoleras en las que portaban las armas, actuaban en formación militar... No sé, ir de compras en el mismísimo lugar en que al día siguiente iban, supuestamente, a sustraer seis coches de alta gama, parecía extraño -ideas de bombero-, pero los medios de comunicación, haciendo gala del exquisito rigor con que tratan este tipo de temas, repetían las imágenes en una carrera in crescendo, sumando comentarios especulativos que interpretaban las imágenes. Todo acabó cuando se enteraron de quiénes eran los compradores, que tras pasar la noche temblando en su hotel se habían puesto en contacto con la Generalitat, para aclarar que los de las imágenes no eran miembros ETA sino funcionarios que, coherentes con su profesión, habían tenido la idea de bombero de irse de compras en tan sospechosa actitud.

Nadie asume la pifia. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, dice que no es para tanto y su ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que estas cosas pasan hasta en las mejores familias (policiales, por supuesto).

Aunque no le había visto últimamente, conocí a Jon Anza cuando le detuvieron, hace ya muchos años. En la misma medida que me honro de su amistad me indignan las oscuras circunstancias que rodean su desaparición y muerte. Y me exaspera que quienes tienen la obligación de investigar su muerte se dediquen a desprestigiar su memoria, y a apalear y a poner querellas a los que exigen que se esclarezcan los hechos y se haga justicia. Pero si creen que van a tapar el asunto con estas cortinas de humo y echando tierra encima es que tienen ideas de bombero.

Mayor Oreja vuelve a presentar su candidatura a «Canción del Verano». De momento sólo la letra, pero se sabe, de fuentes habitualmente bien informadas, que la música la está componiendo su acordeonista de cabecera. Delirante lo de que ETA y el PSOE son aliados potenciales, sobre todo si se tiene en cuenta que el único aliado real -no potencial- del PSOE y que, además, gobierna en la CAV, no es otro que su partido: el PP. Ideas de bombero.