El presidente de Caja Laboral, Txomin García, prevé que los beneficios de la entidad este año estén ente los 56 y los 60 millones, repitiendo así los de 2009, que alcanzaron los 56,5 millones después de impuestos, -un 44,4% menos que en 2008-, así como un aumento del índice de morosidad del 2,9 al 3,5%.

Así lo indicó el jueves en rueda de prensa, en la que, además, anunció que la entidad que preside, que cerró el pasado año nueve sucursales, continuará con ajustes en su Red, aunque en este ejercicio no se prevé suprimir más de cinco oficinas.

García, que estuvo acompañado del nuevo director general de la entidad, Julio Gallastegi, en su primera comparecencia pública después de que hace ocho semanas pasara a ocupar este cargo, analizó, de forma previa a la Asamblea General de Caja Laboral, los resultados de 2009 y las principales líneas de actuación para este ejercicio.

Difícil, con «lectura positiva»

El presidente de Caja Laboral afirmó que 2009 ha sido «un año difícil con una lectura positiva» para la caja, gracias fundamentalmente a su capacidad para «generar resultados recurrentes, antes de provisiones» y a su «destacada gestión de precios» que ha permitido mejorar los objetivos de margen de intereses. Según destacó, por segundo año consecutivo la caja obtuvo en 2009 el primer puesto, entre 97 entidades de todo el Estado, en el Ranking de Calidad de Atención al Cliente, a lo que añadió que el ratio de morosidad se situó en el 2,9% al cierre del pasado año, «claramente inferior» al 4,9% de media de las cajas y aunguró que en 2010 esa cifra aumente hasta el 3,5%. Asimismo, subrayó que la entidad mantiene una posición buena de liquidez, ya que los depósitos de clientes cubren el 85% de los créditos concedidos y «no hay ningún vencimiento de deuda antes de 2013», lo que le posiciona en una situación «muy cómoda para afrontar estos dos próximos años que van a ser tensos en el sector». A ello añadió que el ratio de solvencia de la caja también mejoró en 2009, situándose en el 11,53%.