Juan Mari Arregi Periodista
1985-2010: De Xabier Galdeano a Jon Anza
Hoy se cumplen 25 años sin Xabier Galdeano, porque unas balas mercenarias asesinas le quitaron la vida en Urdazuri, (Donibane Lohizune), donde, exilado, residía con su familia. Veinticinco años sin la presencia de un hombre íntegro, solidario, desinteresado, sencillo, firme en sus convicciones pero flexible y respetuoso con los demás, dialogante, organizador, tenaz, discreto, paciente. Ejemplo de quien pudo «forrarse» con sus negocios, pudo vivir como un capitalista y lo dejó todo por apostar por su pueblo. Primero en Algorta, donde residió, con la creación de la primera ikastola; luego con su participación en la creación y desarrollo de «Egin»; posteriormente con su trabajo en ese mismo periódico y, finalmente, como corresponsal del mismo en Ipar Euskal Herria.
Un día como hoy, hace veinticinco años, Xabier, en compañía de su familia y de unos amigos, como quien suscribe, se trasladó a Baiona a participar en una manifestación a favor de los presos políticos vascos y cubrirla gráficamente para «Egin». Con el carrete en sus manos, se adelantó en su coche, solo, para hacerlo llegar hasta Hernani, sede del periódico. Cuando salía del coche junto al portal de su casa, varias balas mercenarias asesinas terminaron con su vida. Segundos después, llegaríamos al lugar mortal su familia y amigos, que no pudimos hacer más que confirmar su muerte.
Sabemos que quien lo mató fue el GAL, de la mano de unos mercenarios pagados por el Gobierno español del PSOE presidido entonces por Felipe González. Lo que no sabemos de forma oficial es dónde, en qué instancia, se planificó ese atentado mortal, aunque hay algunos datos que podrían avalar que dicho atentado, como tantos otros contra miembros de ETA o personas relacionadas con la izquierda abertzale, fue decidido en el Gobierno Civil de Bizkaia. El gobernador civil de entonces, en 1985, era Julián San Cristóbal, miembro del PSE. San Cristóbal conocía bien a Galdeano, porque residió también en Algorta. El secretario general del PSE en Bizkaia entonces era Ricardo García Damborenea. Era un secreto a voces entonces que Damborenea entraba y salía del Gobierno Civil de Bizkaia, en la capital bilbaína, como si fuera su casa. Su «hombre de confianza», entonces, fue Rodolfo Ares, hoy actual consejero de Interior del Gobierno de López.
Hoy podemos afirmar que Damborenea hizo del Gobierno Civil de Bizkaia su cuartel general de planificación del GAL. Así se desprende de una reciente entrevista publicada en el suplemento de «El País», `El País Vasco', con Carlos Solchaga, ministro de Hacienda y Economía con González. Como éste, Solchaga, por lo que se ve, estaba al tanto de las «andanzas» de Damborenea... En su tiempo, como González, nada dijo ni de Damborenea ni del GAL, y mucho menos lo condenó... Ahora, sin embargo, veinticinco años después, ha «disparado» contra Damborenea. Aunque todo ello no exime ni a Solchaga ni a González de sus responsabilidades ante el GAL y sus atentados mercenarios. Porque desde su Gobierno, con los fondos reservados, los financiaron.
Así, el pasado día 4 de enero Ander Landaburu recogía una amplia entrevista con Solchaga. De Damborenea, el periodista escribe lo siguiente: «De Ricardo Damborenea no puede decir (Solchaga) nada bueno, y se muestra implacable con su ex compañero de partido, al que tilda de oportunista por haber alcanzado un liderazgo en Vizcaya sobre la base de su propia vanidad». También afirma que Damborenea estaba en el partido socialista como pudiera haber estado en cualquiera de la derecha, donde «por temperamento, educación e inclinaciones le correspondía seguramente haber estado». Landaburu pone luego en boca de Solchaga lo siguiente: «Nunca fue (Damborenea) leal con la dirección del partido representada por Txiki Benegas al que traicionó continuamente. Luego se tomó unas libertades en el Gobierno Civil de Vizcaya y en la lucha contra ETA que causaron tremendas tragedias y confusiones en el País Vasco. El origen y la invención del GAL son cosa suya (...). Y por tanto cuando un día apareció con una nueva formación llamada Izquierda Socialista (IS) y luego con el PP, asesorando a José María Aznar, me pareció, simplemente, que era el desenlance esperado...».
En consecuencia, Solchaga como Felipe González, sabían de las «andanzas» de Damborenea y de la planificación del GAL y de sus asesinatos. Y en su momento las financiaron y las encubrieron. Y nunca las condenaron. Por tanto, Solchaga, como González, no pueden ahora endosar a Damborenea el origen y la invención del GAL y distanciarse, cínicamente, porque ellos, el Gobierno, lo asumió con su financiación. El PSOE, Felipe González, Solchaga, Rubalcaba, Ares -«hombre de confianza» de Damborenea-, tan exigentes en reclamar a otros condenas, harían bien en asumir públicamente su responsabilidad política en los 26 asesinatos del GAL y aportar para la historia de la verdad de Euskal Herria todo cuanto conocieron de aquella siniestra invención del GAL. Invención cuya filosofía -la de la «guerra sucia»- podría continuar vigente hoy 25 años después... mientras se mantengan, entre otras, las incógnitas sobre la desaparición y muerte de Jon Anza. Curiosamente, la referencia de su cuerpo en la morgue de Toulouse era una X. De macabra evocación del terrorismo de Estado!