IMPULSO INTERNACIONAL TRAS «ZUTIK EUSKAL HERRIA»
Protagonistas claves de los procesos irlandés y sudafricano
Es de vital importancia el hecho de que los firmantes hayan tomado posición en favor de la resolución del conflicto vasco, de manera independiente y sin previo acuerdo con ninguna de las partes.
Josu JUARISTI
La experiencia reciente, sin ir más lejos (proceso de negociaciones 2005-2007), ha demostrado fehacientemente que la izquierda abertzale siempre se ha mostrado favorable a la mediación, implicación o contribución internacional en el conflicto político que enfrenta a Euskal Herria con los estados español y francés. La internacionalización del conflicto y, sobre todo, la internacionalización de un proceso resolutivo ha sido un punto importante en la agenda de la izquierda abertzale. Por contra, la parte española siempre ha procurado evitar tal mediación, aunque en el último proceso aceptó la implicación de importantes mediadores e incluso de gobiernos europeos.
En este sentido, la lista de firmantes de la Declaración presentada ayer en Bruselas por Brian Currin da continuidad, en cierto modo, a una constante en los últimos años, pero hay varios factores o elementos diferenciables y ciertamente remarcables: en primer lugar, el contexto en el que llega la Declaración de Bruselas; en segundo lugar, la diversidad, «calidad» y origen de los firmantes; y, en tercer lugar, el hecho de que la Declaración se haga pública le confiere un carácter nuevo, de expectativa y de oportunidad, de mensaje de que estas veintiún personalidades y otras más están dispuestas a implicarse a fondo en una resolución justa del conflicto.
Es obvio que para la izquierda abertzale existen dos grandes referentes políticos a la hora de abordar la resolución del conflicto: el proceso irlandés y el sudafricano. Entre los firmantes de esta declaración figuran, entre otros, algunos de los protagonistas principales de ambos procesos de paz: en el caso de Irlanda, Jonathan Powell, John Hume, Mary Robinson y Albert Reynolds (pronunciamientos anteriores tanto de Gerry Adams como de Martin McGuinness permiten dar prácticamente por obvio su apoyo a esta iniciativa); y en el caso sudafricano, el presidente De Klerk, la Fundación Mandela (con el addendum de que la declaración está en completa concordancia con el ethos de Nelson Mandela) y Desmond Tutu.
Es de vital importancia el hecho de que los protagonistas de estos exitosos procesos de paz hayan tomado posición en favor de la resolución del conflicto vasco, de manera independiente y sin previo acuerdo con ninguna de las partes. Ven oportunidades para una paz duradera y justa y hacen una lectura de lo que en su opinión las diferentes partes deberían realizar.
Que la declaración incluya como firmantes a los protagonistas de aquellos procesos implica que la resolución del conflicto vasco se sitúa, de algún modo, en un esquema similar al de los procesos resolutivos irlandés y sudafricano. Esto es, un proceso que esté basado en el diálogo, en la negociación y en el acuerdo político.
También resulta único (por lo sorprendente y positivo) el hecho de que personalidades de tan dispares ideologías y con biografías y currículos tan divergentes se pongan de acuerdo en lo que a la resolución del conflicto vasco se refiere.
Los firmantes de la declaración provienen en su gran mayoría del mundo anglosajón. La lista incluye a prestigiosos académicos y a miembros de instituciones internacionales con una contrastada experiencia en la resolución de conflictos. Que aparezcan como firmantes de la declaración implica una vez más que la comunidad internacional sitúa la resolución del conflicto en parámetros democráticos. De ahí que aplaudan la resolución «Zutik Euskal Herria», porque avanza en igual sentido. Por otra parte, el hecho de que entre los firmantes figuren hasta cuatro premios Nobel de la Paz le otorga un nivel imposible de obviar.
En definitiva, los firmantes de la declaración son personalidades públicas o expertos de gran reputación, con una experiencia personal, académica y profesional contrastada en la resolución de conflictos políticos. Incluye a protagonistas de los mismos, a mediadores, facilitadores y académicos que han estudiado y teorizado sobre las mejores prácticas para resolver conflictos. Un grupo que abarca todas las áreas de la resolución de conflictos y que ha unido fuerzas en una declaración sin parangón. Y, desde luego, ni son «ingenuos» ni «interesados valedores» de la izquierda abertzale, como pretendía hacer creer el editorial de Vocento del domingo.