Después de terminar en Iruñea la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones, Patxi Fabo y Ion Esandi se plantearon «humanizar» los conocimientos adquiridos, es decir, buscar aplicaciones que repercutieran de manera positiva en las personas. Primero hicieron un proyecto para un centro especial de empleo y luego desarrollaron en el departamento de I+D tecnologías para hacer más fáciles los puestos de trabajo, de forma que personas con menores capacidades pudieran acceder al entorno laboral. El siguiente paso fue impulsar su propia empresa, Job Accommodation, en la que desarrollan nuevas ideas al tiempo que realizan en Donostia el primer máster del Estado en tecnologías de apoyo para la autonomía personal. Recientemente presentaron en Iruñea algunas de sus aportaciones, dentro del Foro Isterria que promueve Caja Navarra.

Usted sostiene que la discapacidad es una dificultad para relacionarse con los entornos.

Todas las personas nos relacionamos con el entorno que tenemos y, en mayor o menor medida de nuestras habilidades, estamos capacitados para interactuar con las cosas o estamos en una situación de discapacidad. Una persona miope no ve bien sin gafas, pero con esa herramienta es capaz de interactuar con su entorno de manera normal. De la misma manera, una persona que no es capaz de interactuar está en una situación de incapacidad, en tanto en cuanto no puede comportarse normalmente con el entorno que tiene. Este enfoque nos lleva a pensar que, trabajando sobre los entornos, conseguimos capacitar a las personas o reducir su discapacidad. Si mejoramos los entornos, mejoramos su situación.

¿Puede concretarlo con algún ejemplo?

Por ejemplo, una máquina para cuyo funcionamiento hace falta pulsar en dos lugares a la vez con dos manos. Una persona que no tenga dos manos no va a poder hacerlo. Pero si diseñamos una máquina que se pueda accionar pulsando con una mano y con el pie, esa persona que sólo tiene una mano podría utilizarla. Otro ejemplo: si una persona que tiene que trabajar repartiendo correspondencia se pierde, probablemente acabe perdiendo ese puesto de trabajo. Pero si le damos una herramienta que le diga cómo tiene que volver al camino, podrá hacer esa actividad. Se trata de ver las dificultades y mejorar el entorno para que las personas con menos capacidades sean capaces de interactuar con él.

Entonces, ¿se puede aplicar a cualquier entorno?

Las aplicaciones a esta manera de entender las cosas, abarcan ámbitos como el trabajo, el ocio, la vivienda, la vida cotidiana... puede ser cualquier entorno con el que interactuamos las personas.

¿Y qué herramientas han desarrollado ustedes?

Una de ellas es un instrumento de localización que permite al responsable de una persona con discapacidad saber dónde está en cada momento o definir unas zonas de riesgo para avisar a sus familiares si entra en ellas. El objetivo es que esas personas hagan cosas que antes no se atrevían a hacer por miedo, por el «qué le puede pasar» o «dónde estará». Ésta es una herramienta que da tranquilidad, que va a favorecer oportunidades de autonomía personal y de calidad de vida para las personas con discapacidad.

¿Eso implica llevar encima algún aparato especial?

Sí. Se trata de un dispositivo muy pequeño, en forma de reloj, de llavero o de pulsera, que sólo pesa 30-35 gramos. Con el sistema que hemos diseñado, a través de un usuario y una contraseña, los responsables de esa persona con discapacidad se conectan a internet, entran en una página web y pueden ver dónde se encuentra esa persona en ese instante.

¿Esas personas con discapacidad son conscientes de que llevan ese dispositivo?

Por supuesto. Esto es una herramienta de ayuda. Se trata de mejorar la autonomía personal de las personas que tienen dificultades, no de espiarles, invadir su intimidad o hacer algo contra su voluntad.

¿Se trata de un dispositivo novedoso o es una mejora de algo ya existente?

Se han utilizado sistemas de este tipo para flotas de camiones y coches, pero éste ha sido diseñado con un interface especial, para que sea muy fácil de utilizar. Está orientado a que las personas que no están muy familiarizadas con la tecnología sean capaces de utilizarlo y sacarle el máximo partido de una manera muy sencilla.

Entonces, de forma indirecta también salen beneficiados los familiares de las personas discapacitadas.

Así es. Es una cuestión de prevención, de tener más tranquilidad y de poder compartir el cuidado y vigilancia de la persona con discapacidad. Es una herramienta diseñada para ayudar a estas personas, pero sus familiares también se benefician de un sistema de este tipo.