GARA > Idatzia > Kultura

Cecilia «Metralleta» Bartoli vuelve con sus veladas de pirotecnia

La gira que la diva italiana Cecilia Bartoli está realizando con motivo de la publicación de «Sacrificium», su disco homenaje a los legendarios castrati, cantantes masculinos castrados, comienza esta tarde en Donostia y el sábado en el Euskalduna de Bilbo, recalando en Iruñea y Gasteiz los días 19 y 20 de este mes.

p051_f01_140x200.jpg

Mikel CHAMIZO

Esta tarde llega al Kursaal la mezzosoprano italiana Cecilia Bartoli, la mayor estrella mediática del mundo clásico en la actualidad. Y llega acompañada de su fama, incluso entre los no melómanos, de ser «una de las mejores cantantes del mundo». Un título del que la italiana ha gozado durante muchos años pero que, últimamente, se le está empezando a rebatir por parte de la crítica especializada, la que antaño caía rendida a sus pies y la ensalzó a lo más alto.

Nacida en Roma en 1966, Cecilia Bartoli dio el salto a la ópera realmente joven, con tan sólo 19 años, cuando se presentó a un concurso de talentos en televisión y Ricardo Muti, director de la Scala de Milán, se fijó en ella y la invitó a una audición. Fue en 1985, y sólo cinco años más tarde Karajan ya la había requerido para cantar en el Festival de Salzburgo. Fue también en esta época cuando Daniel Barenboim y Nikolaus Harnoncourt se fijaron ella y orientaron su repertorio hacia Mozart y Rossini. Tras grabar un par de monográficos dedicados a estos dos autores, en 1992 el sello Decca decidió que la joven cantante tiene virtudes de una prima donna y publica un CD, «Cecilia Bartoli: A Portrait», en el que Bartoli luce todas sus virtudes vocales con sobriedad y entrega. En los siguientes cuatro años llegarían varias grabaciones de ópera que no hicieron sino acrecentar su aura: «Le Nozze di Figaro» de Mozart, «Manon Lescaut» de Puccini y, sobre todo, una impresionante «Cenerentola» de Rossini que sigue siendo una de las cumbres de su carrera.

El punto de inflexión en la trayectoria de Bartoli se produjo en 1996, cuando grabó uno de los más impresionantes recitales en directo jamás registrados. Fue «Live in Italy», un éxito de ventas del sello Decca en el que la mezzo muestra su versatilidad, su técnica y su espontaneidad en casi dos horas de excelente música que oscila desde Caccini a Montsalvatge. En este recital encontramos también el aria que habría de volverse paradigmática del posterior estilo Bartoli. Se trata de »Agitata da due venti», de Vivaldi, un aria extremadamente virtuosa y rápida, que la italiana canta con una perfección tal en la coloratura que habría de valerle el apelativo, de aquello en adelante, de «Metralleta Bartoli». El éxito enorme de «Agitata da due venti», y el del fabuloso «Viva Vivaldi!» con un repertorio similar, fue quizá el causante de que Bartoli empezase a centrarse cada vez más en arias basadas en fuegos de artificio vocales -músicas, a veces, rescatadas del olvido por ella misma- en detrimento de seguir prefeccionando el repertorio consagrado. La prensa especializada ya comenzó a mostrar sus reparos ante los CDs dedicados a Gluck (2001) y Salieri (2003), pero ha sido con sus dos anteriores discos, «Opera Proibita» (2005) y «María» (2007), con los que parte de la crítica le ha dado la espalda definitivamente.

Al estilo de las estrellas del pop

Algunos expertos en técnica vocal han denunciado que Bartoli ha remodelado su técnica para sacar el máximo partido a las agilidades, renunciando a cambio a la flexibilidad, el color y, sobre todo, el volumen -en disco no hay problema, pero al escuchar a Bartoli en directo uno descubre que su voz es realmente pequeña-. También se ha afirmado que acude a repertorios ignotos porque ya no puede arriesgarse a las comparaciones que suscitarían sus versiones de las grandes arias. Al margen de estos y otros juicios, es obvio que Bartoli ha transformado su tipo de actividad en los últimos años. Aunque alegue motivos personales -es una madre concienzuda-, prácticamente ha dejado de cantar ópera, y todo lo que rodea a sus últimos discos se parece mucho más a lo propio en una estrella del pop que a una cantante de ópera: mucho marketing, muchas entrevistas y una pequeña gira de enorme éxito cuyo único atractivo es ella misma, pasando la música a ocupar un lugar secundario. Con su último disco, «Sacrificium», dedicado a arias paradigmáticas de los legendarios castrati, cantantes masculinos castrados, Bartoli ofrece más de lo mismo, aunque esta vez amparándose en un repertorio de extraordinarias exigencias virtuosísticas que puede justificar su estilo de canto. Además, muchos melómanos escépticos hacia la Bartoli no pueden dejar de reconocer que, en el fondo, disfrutan muchísimo de esas veladas de pirotecnia que les regala la diva.

 

Ficha

Donostia: Hoy, 20.00 h. Auditorio Kursaal. Entradas agotadas.

Bilbo: Sábado 10, Teatro Arriaga. 20.00 h. Entradas agotadas.

Iruñea: Lunes 19, 20.00 h. Baluarte. Entradas agotadas.

Gasteiz: Martes 20, 20.30 h. Teatro Principal. Entradas agotadas.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo